domingo, 9 de noviembre de 2014

Capítulo 16: El cartero siempre llama dos veces

Capítulo 16: El cartero siempre llama dos veces

Todos estaban alucinados al ver que la tumba de la madre de Pablo y Sandra estaba vacía.

-No puede ser-dijo Sandra-, esto es demasiado raro.

-Sandra-dijo Toni-, tenemos que irnos. Creo que hay alguien por aquí.

Los cinco se volvieron hacia el pueblo mientras alguien miraba la tumba de Nieves y la tocaba.

Los cinco decidieron quedar al día siguiente en la roca para hablar de lo sucedido mientras Nuria veía si quien estaba en la tumba de su madre era su verdadera madre.

A la mañana siguiente, Raquel estaba muy asustada. Cuando fue a la habitación de su hermano para despertarle descubrió que no estaba. Encima de su cama descubrió un pendiente igual que el que Sandra encontró, pero esta vez el extremo tenía forma de C. Decidió no alertar a sus padres y fue en busca de los demás.

Los cinco decidieron quedar esa noche. Por la noche, Nuria aún no había descubierto si el cadáver que había en la tumba de su madre era su verdadera madre. Sandra y Pablo habían preferido no decirle nada a su padre, ya que no se fían de él.

-He encontrado esto en la habitación de mi hermano-dijo Raquel mostrando el pendiente.

-Creo que lo tengo-dijo Nuria-, creo que este pendiente dará a otro túnel. Tenemos que darnos prisa en encontrarlo antes de que le pase algo malo a José.

Los cinco se pusieron camino en la búsqueda de la roca con ese símbolo. Mientras, Tania y Andrés habían vuelto a quedar esa noche en los alrededores de la iglesia.

-¿Qué quieres?-dijo Andrés.

-Estar contigo-dijo Tania.

-Mira Tania ahora yo no tengo tiempo de tonterías-dijo Andrés-, tengo varias cosas que hacer.

-¿Qué cosas?-dijo Tania-, te recuerdo que estoy embarazada de ti.

-Puede que no sea mío, sino de Enrique-dijo Andrés-, yo prefiero no meterme.

-Pero yo sí-dijo Tania-, no es la primera vez que te sientes así.

Los dos se fundieron en un beso, pero alguien les estaba observando: Enrique.

-Aquí es-dijo Nuria.

Los cinco se acercaron a una roca grande que tenía para meter la C. Al meter el pendiente la roca se abrió como pasó con la que daba al escondite.

-Vamos-dijo Toni.

Los cinco bajaron unas escaleras y comenzaron a andar por el túnel. Andaron durante mucho tiempo hasta que llegaron al final.

-No hay nada-dijo Pablo.

-Esta roca se puede mover-dijo Raquel-, ayúdame Nuria.

Las dos movieron la roca. Daba al aire libre. Los cinco salieron y descubrieron a pocos metros de ellas la entrada a la fábrica.

En esos momentos, el barrendero paró de barrer sacó su móvil y dijo:

-Todo está listo-dijo-, han ido. Puedes ponerlo.


En ese momento Nuria llamó dos veces a la puerta hasta que se abrió. Los cinco descubrieron algo increíble.



domingo, 2 de noviembre de 2014

Capítulo 15: La flor gris

Capítulo 15: La flor gris

Nuria comenzó a andar sola hacia la tumba. Estaba asustada por lo que hubiese dentro. Cogió el pico que había traído y comenzó a picar hasta que llegó al ataúd. No tenía fuerzas para abrirlo.

-Tranquila-dijo Pablo-, te ayudaremos.

Toni, Pablo, Raquel y Sandra habían llegado para ayudar a Nuria. Los cinco abrieron la tumba y encontraron el cadáver de una mujer que no era la madre de Nuria.

-¿Quién es?-dijo Nuria.

-Será tu madre-dijo Sandra-, creo que la Margarita que ha desaparecido no era tu madre.

-¿Cómo dices eso?-dijo Nuria.

-Fue ella la que quiso que os mudaseis aquí, y cuando descubres la tumba desaparece-dijo Sandra-, ¿no es muy raro?

Nuria se quedó paralizada. Raquel estornudó.

-¿Qué te pasa?-dijo Pablo.

-Nada-dijo Raquel-, mi hermano ha estado todo el día acercándome una flor que ha encontrado y ahora siento como si la tuviese aquí.

-¿Qué flor?-dijo Toni.

-Una muy rara-dijo Raquel-, gris.

Sandra y Toni se miraron.

-¿Qué pasa?-dijo Raquel.

-Dentro del pendiente que abría el laberinto encontramos una nota que ponía “la flor gris”-dijo Sandra-, creo que estará por aquí.

-Yo me voy a quedar un poco aquí-dijo Nuria.

Los demás comenzaron a buscar la flor gris.

-¡Aquí!-dijo Pablo.

Los cuatro se acercaron a una pequeña plantación de cinco o seis flores grises.

-Son como la de mi hermano-dijo Raquel.

Raquel se quedó en blanco.

-Sandra, Pablo no miréis la tumba-dijo Raquel.

-¿Qué pasa?-dijeron los dos a la vez.

Los cuatro pudieron leer el nombre que estaba en la tumba: Nieves Fernández García.

-Mamá-dijo Sandra.

-Al parecer la enterraron aquí-dijo Pablo-, cuando vivió aquí y murió.

-Y pensar que nunca le preguntamos a papá dónde estaba la tumba-dijo Sandra.

En ese momento apareció Nuria.

-Ábrela-dijo Nuria.

-¿Cómo?-dijo Sandra-, ¿te has vuelto loca?

-No-dijo Nuria-, ¿no decíais que era raro las dos fechas de la muerte de vuestra madre? Pues abridla y calculemos los años. Tengo un equipo en casa para saberlo. He cogido de mi…madre.

-No sé-dijo Sandra-, ¿qué hacemos Pablo?

-Vamos-dijo Pablo.

Los cinco comenzaron a quitar la tierra hasta que llegaron al ataúd. Sandra y Pablo se miraron y lo abrieron.


El ataúd estaba vacío.



domingo, 26 de octubre de 2014

Capítulo 14: La tumba

Capítulo 14: La tumba

-¿Qué ha sido ese grito?-dijo Sandra.

-Parecía…-dijo Toni-, ¡Nuria!

Sandra y Toni se dirigieron corriendo hacia aquel grito. Cuando llegaron descubrieron a Nuria arrodillada en el suelo llorando junto con Pablo.

-¿Qué ha pasado?-dijo Toni.

-Mirad-dijo Pablo.

Los cuatro descubrieron que estaban delante de una tumba: Margarita Natol. Ninguno podía creer lo que estaban viendo.

-¿Tu madre?-dijo Sandra.

-No puede ser la tumba de mi madre-dijo Nuria-, mi madre está viva. Tengo que hablar con ella.

Nuria salió corriendo rumbo al pueblo. José se encontró por el camino con cosas que no había visto antes.

-¡Qué bonitas!-dijo al ver algo.

Cogió una de ellas y decidió volver al pueblo. A la mañana siguiente, Raquel se levantó. Estaba dispuesta a no seguir con las investigaciones ni a intentar algo con Pablo. Cuando salió de casa se encontró con Pablo y Sandra:

-Raquel-dijo Sandra-, ayer encontramos algo increíble.

-Me da igual-dijo Raquel-, no pienso seguir con esto.

-Raquel por favor-dijo Pablo-, sigue con nosotros.

-¿Para qué?-dijo Raquel-, ¿para ver cómo te lías con Nuria?

Sandra miró a Pablo.

-¿Cómo?-dijo Sandra.

-Nos viste, ¿no?-dijo Pablo.

-Sí, os vi-dijo Raquel.

-Raquel eso ahora es lo de menos-dijo Sandra-, encontramos una tumba.

-¿Una tumba?-dijo Raquel-, ¿de quién?

-De la madre de Nuria-dijo Sandra.

-Pero si la madre de Nuria está viva-dijo Raquel.

-Eso es lo raro-dijo Pablo-, Nuria ayer fue a hablar con su madre. Esta noche nos lo contará en la roca, ¿vienes?

-De acuerdo-dijo Raquel-, contad conmigo.

Esa misma noche los tres se dirigieron a la cueva. Toni ya estaba allí.

-¿Y Nuria?-dijo Raquel.

-Aún no ha venido-dijo Toni-, me alegro de que estés aquí.

En ese momento Nuria entró en la roca.

-Mi madre ha desaparecido-dijo Nuria.

-¿Cómo?-dijo Pablo.

-Ayer por la noche cuando volví no estaba y hoy no ha vuelto en todo el día-dijo Nuria.

-Es demasiado raro-dijo Sandra.


-Yo voy a hacer una cosa-dijo Nuria-, abrir la tumba.



domingo, 12 de octubre de 2014

Capítulo 12: Explicaciones

Capítulo 12: Explicaciones

-¿Cómo vuestra madre?-dijo Toni.

-¡Que sí!-dijo Sandra-, esto es lo único que sabía de ella: su nombre. Lo encontré en unos papeles de papá antes de llegar aquí.

-Pero Sandra-dijo Raquel-, no es posible.

-¿Por qué?-dijo Sandra.

-Nieves, la fallecida, murió con 15 años-dijo Raquel.

-Es verdad-dijo Pablo-, no puede ser nuestra madre.

-Hombre-dijo Nuria mirando la foto del expediente-, en esta foto no lo parece.

-Tenemos que irnos Pablo-dijo Sandra.

-¿A dónde?-dijo Pablo.

-A pedirle una explicación a papá-dijo Sandra.

Los cinco salieron del ayuntamiento quedando esa noche en la cueva suya. Sandra, con la foto en la mano, entró en casa.

Andrés estaba haciendo la comida.

-Creo que nos debes una explicación-dijo Sandra con la foto en alto.

Andrés se quedó con la boca abierta al ver la foto.

-¿De dónde has sacado esa foto?-dijo Andrés.

-Eso no importa-dijo Sandra-, ¿la mataron?

-No-dijo Andrés-, aquí no pasó nada de eso.

-¿Nos estás diciendo que es ella?-dijo Pablo.

-Sí-dijo Andrés-, es vuestra madre.

-Pero murió hace 30 años-dijo Sandra-, es imposible.

-No fue hace 30 años-dijo Andrés-, fue hace 18 años.

-¿Y por qué pone aquí 30?-dijo Sandra.

-Para tapar su verdadera muerte-dijo Andrés.

Sandra y Pablo se dirigieron a su habitación. Ana había muerto creyendo que hace 30 años murió una chica, y fue hace sólo 18 años.

Al caer la noche, los cinco se dirigieron a la cueva. Cuando llegaron hablaron de lo hablado con Andrés.

-Increíble-dijo Toni-, siempre he creído que fue hace 30 años.

-Pues os mintieron-dijo Sandra-, y fue mi madre.

-Yo me tengo que ir a casa-dijo Nuria-, ¿me acompañas Pablo?

Raquel miró a Pablo con miedo.

-Claro-dijo Pablo-, mañana nos vemos.

Los dos salieron de la cueva.

-¿Qué te pasa?-le dijo Sandra a Raquel.

-Nada-dijo Raquel.

-Sé que te gusta mi hermano-dijo Sandra.

-¿De dónde has sacado eso?-dijo Raquel.

-De la forma en que le miras y estás con él-dijo Sandra-, no pierdas más el tiempo y díselo.


Raquel asintió y salió de la cueva. Cuando llegó a la orilla vio a Nuria y a Pablo besándose.  

domingo, 5 de octubre de 2014

Capítulo 11: Ayuda externa

Capítulo 11: Ayuda externa

-¿Nos has seguido?-dijo Raquel.

-Un escondite, ¿eh?-dijo Nuria.

-¿Quién es?-dijo Toni.

-Es Nuria-dijo Pablo-, una nueva en el pueblo.

-Será mejor que te largues-dijo Raquel-, estamos haciendo cosas personales.

Nuria miró a Pablo y después al resto.

-¿Qué queréis del alcalde?-dijo Nuria.

Toni se quedó pálido.

-¿Cómo sabes…?-dijo Toni.

-Por el símbolo de la carpeta que acabas de traer-dijo Nuria-, ¿queréis entrar a su despacho?

-Sí-dijo Toni-, es lo que les iba a decir.

-¿Al despacho del alcalde?-dijo Raquel-, ¿para qué?

-Resulta que el símbolo del ayuntamiento es el mismo que el que te dejó Ana-dijo Toni-, creo que podríamos encontrar algo.

-Yo os podría colar-dijo Nuria-, mi padre trabaja en el ayuntamiento.

-¿En serio?-dijo Toni-, muchas gracias. ¿Te gustaría ayudarnos?

-No creo que sea de fiar-dijo Raquel.

-¿Por qué no?-dijo Pablo-, nos puede ser de mucha ayuda.

-Deberías escuchar a tu novio-dijo Nuria.

Raquel miró a Pablo y estuvo a punto de besarle.

-No es mi novio-dijo Raquel.

-Dejaos de tonterías-dijo Toni-, te vamos a contar todo.

-¿Cómo?-dijo Raquel-, yo no estoy de acuerdo. Me voy a casa.

Raquel salió de la habitación. Cuando llegó a su casa sus padres y su hermano estaban durmiendo. Raquel entró en la habitación para darle un beso y vio la pulsera que llevaba puesta: era el mismo símbolo.

A la mañana siguiente, Sandra y Pablo se presentaron en casa de Raquel. Pablo y Sandra le contaron el plan de Nuria para entrar en el despacho del alcalde.

Raquel seguía sin confiar en Nuria, ya que no la veía de fiar. Los cinco fueron por detrás del ayuntamiento y entraron por una trampilla.

Cuando llegaron al pasillo principal, esperaron a que el alcalde se fuese a comer. Cuando el alcalde salió, los cinco se metieron en el despacho.

-Tenemos que encontrar algo sobre la fallecida hace treinta años-dijo Raquel.

Los cinco se pusieron a buscar hasta que Toni dijo:

-¡Lo tengo!-dijo Toni.

Los cinco leyeron el nombre. Raquel, Toni y Nuria miraron a Pablo y Sandra.

-Nieves Fernández García-dijo Sandra mirando a Pablo-, nuestra madre.



domingo, 28 de septiembre de 2014

Capítulo 10: El tiempo que pasa

Capítulo 10: El tiempo que pasa

15 días después

Sandra salió de su casa a tirar la basura y descubrió que alguien se estaba mudando al antiguo chalet de Ana. Corriendo avisó a Raquel y Pablo.

Los tres se dirigieron a la casa junto con varios habitantes del pueblo.

-Hola-dijo un hombre-, soy Raúl vuestro nuevo vecino. Ésta es Margarita, mi mujer.

Una mujer de unos 44 años salió desde la casa saludando.

-Y mi hija supongo que estará en la habitación-dijo Raúl-, se llama Nuria.

Raquel, Sandra y Pablo se desviaron de la multitud y fueron a un lugar a solas.

-Esta noche vamos a ir-dijo Raquel.

-No-dijo Sandra-, Toni dijo que no le molestásemos mientras investigaba el símbolo.

-Ya-dijo Raquel-, pero ya han pasado 15 días y no tenemos noticias de él. Tengo que saber si está bien, si no venís conmigo iré sola.

-Yo te acompaño-dijo Pablo.

-Gracias-le dijo Raquel devolviéndole la sonrisa.

Eran las 21:00 de la noche cuando llamaron a casa de Raquel. Enrique abrió. Era Raúl con su familia.

-Buenas noches-dijo Raúl-, ¿os pillo cenando?

-No-dijo Enrique.

-Era por si queríais cenar con nosotros-dijo Raúl-, para conocernos todos un poco.

-Si queréis podéis pasar a cenar-dijo Tania-, tengo comida de sobra.

-Será un placer-dijo Raúl.

Al rato, Raquel tenía todo preparado para ir a ver si Toni estaba bien. Bajó las escaleras y se dirigió al salón. Vio a una chica de su edad más o menos.

-¿Tú quien eres?-dijo Raquel.

-¿Y a ti que te importa?-dijo ella-, ¿me meto en tu vida?

-Pues sí porque estás en mi casa-dijo Raquel.

-Soy Nuria, tu nueva vecina.

-Ah, hola-dijo Raquel-, disculpa pero me tengo que ir.

Raquel salió del salón y después de la casa. Fue a la orilla: Pablo ya estaba allí.

-¿Al final no viene Sandra?-dijo Raquel.

-No-dijo Pablo-, no he podido convencerla.

-Ok-dijo Raquel-, vamos.

Los dos se pusieron en camino mientras Nuria los seguía.

Tania terminó de cenar y salio de la casa: había quedado con Andrés. Los dos volvieron a disfrutar de nuevo sin volver a pensar en lo que estaban haciendo. En ese momento apareció Margarita.

-Uy-dijo ella yéndose-, perdonad.

-¡Mierda!-dijo Tania-, sabía que alguien nos tenía que pillar.

-Tenemos que terminar con esto Tania-dijo Andrés.

-Es que pasa algo-dijo Tania.

-¿El qué?-dijo Andrés.

-Estoy embrazada-dijo Tania-, de ti.

Raquel y Pablo entraron en ese momento al túnel. Raquel se paró.

-¿Qué pasa?-dijo Pablo.

-Llevo un rato notando que alguien nos está siguiendo-dijo Raquel.

-No será nada-dijo Pablo-, vamos.

Los dos siguieron andado mientras Nuria entraba en el túnel. Raquel y Pablo llegaron a la trampilla y entraron en la habitación: estaba desierta.

-¿Dónde estará?-dijo Raquel.

En ese momento Toni entró asustado por la trampilla.

-Chicos-dijo Toni-, hay alguien en el túnel.


Los tres se quedaron alucinados cuando Nuria entró por la trampilla.



domingo, 21 de septiembre de 2014

Capítulo 9: La pista de Ana

Capítulo 9: La pista de Ana

Raquel, Pablo y Sandra continuaron andando hasta que llegaron a la puerta. Sandra se sacó ese pendiente con forma de F y abrió la roca.

Raquel encendió su linterna y comenzó a bajar las escaleras. Pablo y Sandra la siguieron.

Era un túnel muy oscuro. Parecía como si tuviese cientos de años. Al rato…

-Mirad-dijo Sandra señalando a la pared-, sangre.

-¿Será de Ana?-dijo Raquel.

Raquel no puedo soportar lo que tuvo que pasar Ana, y abrazó a Pablo mientras unas lágrimas caían por su cara. En ese momento miró a Pablo y recordó lo que le había dicho la noche en la que murió Ana.

Cuando fue a besarle un golpe sonó: alguien había cerrado la puerta del túnel.

-¿Y ahora qué hacemos?-dijo Sandra.

-¡Hacia delante!-dijo Pablo-, ¡corred!

Los tres comenzaron a correr antes de que, lo que los había encerrado los matase.

Tania entró en casa. Se sentó en el sillón del salón. Enrique estaba durmiendo. Ella no sabía lo que estaba haciendo. ¿Qué hacia tonteando con Andrés teniendo una familia? Algo sentía que jamás había sentido.

Sandra se paró.

-Creo que ya no nos siguen-dijo Pablo.

-¿Qué es esto?-dijo Raquel.

Los tres se quedaron observando una especie de escrito que había en la pared: “se llamaba Ni…”. No ponía nada más.

-¿Se llamaba “Ni”?-dijo Pablo-, ¿Qué significa?

-Creo que se refiere a alguien-dijo Raquel-, a una persona.

En ese momento volvieron a oír el mismo ruido. Los tres volvieron a correr de nuevo. Llegaron a unas nuevas escaleras que subieron hasta que llegaron a una trampilla que abrieron y salieron.

-¿Dónde estamos?-dijo Pablo.

Los tres se hallaban en una habitación parecida a una buhardilla. De repente alguien se acercó.

Los tres se dieron la vuelta. Una persona encapuchada se dirigía hacia ellos. Pablo le asentó un puñetazo que hizo que cayese al suelo.

-Veo que ya sabéis defenderos-dijo una voz familiar.

-¿Toni?-dijo Raquel.

José no podía dormir esa noche. Encendió la lamparilla de su mesilla y abrió el cajón para volver a ver la pulsera que le habían regalado. La pulsera tenía un extraño símbolo: un clavo enorme partido por la mitad.

-¿Eres tú Toni?-dijo Sandra.

En ese momento aquella persona se levantó y se quitó la capucha: era Toni.
Sandra y Raquel le abrazaron de inmediato y Pablo le sonrió.

-¿Dónde estabas?-dijo Raquel.

-Aquí escondido-dijo Toni-, nadie vive aquí así que creo que es un buen sitio para esconderme.

-¿Esconderte de qué?-dijo Sandra.

-Del asesino-dijo Toni-, del que ha matado a aquel niño del pueblo.

-Y también a…-dijo Raquel pero paró. Vio en la cara de Toni que no sabía nada de la muerte de Ana.

-¿Qué ha pasado?-dijo Toni.

-Hace tres días-dijo Raquel-, encontraron el cadáver de Ana.

En ese momento el rostro de Toni se quedó paralizado. Era imposible que Ana hubiese muerto. En ese momento rompió a llorar.

-Me dio una pista-dijo Raquel sacándose la pegatina.


-Es el símbolo-dijo Toni-, el símbolo de quién está detrás de todo esto. Y creo que sé de alguien que puede estar ayudando al asesino o que es el asesino.



domingo, 14 de septiembre de 2014

Capítulo 8: La tercera noche

Capítulo 8: La tercera noche

El sol se estaba ocultando poco a poco en Almoharín. Mucha gente del pueblo fue a despedir a los padres de Ana.

-¿Está aquí una tal Raquel?-dijo la madre.

Raquel se quedó sorprendida y miró a Pablo y Sandra.

-Soy yo-dijo acercándose a la madre de Ana.

-Toma-dijo la madre-, ella me dijo que te diese esto por si acaso le pasaba algo. Yo creí que lo decía en broma. Me lo dio ese mismo día por la mañana.

-Gracias-dijo Raquel.

Raquel les lanzó un gesto a Pablo y a Sandra para que fuesen a donde iba ella. Fue hasta la orilla del lago. Al instante aparecieron Pablo y Sandra.

-¿Vas a abrirlo?-dijo Pablo.

-Esta noche-dijo Raquel-, en la cueva nuestra, antes de ir al túnel. Con vosotros.

Raquel estaba cenando, pero no se podía concentrar ya que tenía muchas dudas en la cabeza: ¿Qué contendría aquel paquete que le había dejado Ana? ¿Por qué quería que se lo quedase ella?

Al terminar de cenar, subió a su habitación para coger unas cosas. En ese momento el pomo comenzó a girar. Era Tania.

-Raquel, hija-dijo ella-, ¿puedo hablar contigo?

-No-dijo Raquel-, no me apetece hablar contigo.

-Pero, ¿se puede saber qué te he hecho yo?-dijo Tania.

-A mí nada-dijo Raquel-, pero creo que a papá sí.

Raquel decidió no estar más con su madre en la habitación. Cogió el paquete y salio por la puerta dejando a su madre sola con muchas dudas.

Tania se sacó el móvil del bolsillo y marcó un número.

-Tenemos que vernos-dijo Tania-, creo que mi hija lo sabe.

Cuando Raquel llegó a la cueva aún no había llegado ninguno. Al rato, llegaron Pablo y Sandra.

Raquel se dispuso a abrir el paquete que tantas ganas tenía de saber su contenido. Lo abrió y descubrió…

-¿Qué es esto?-dijo Raquel.

-Es una de esas pegatinas que se ponen en la ropa con la plancha, ¿no?-dijo Sandra.

-Sí-dijo Pablo-, ¿qué es lo que está dibujado?

Los tres examinaron el dibujo. Se trataba de un clavo enorme partido por la mitad, pero en cambio, parecía como si no lo hubiesen roto.

-Jamás había visto este dibujo en mi vida-dijo Raquel-, ¿vosotros?

Los otros dos negaron con la cabeza.

-Bueno-dijo Raquel-, llegó el momento de bajar al túnel.

En ese momento, Tania estaba enfrente de la orilla del lago. Andrés llegó al poco rato.

-Lo sabe-dijo Tania-, está enfadada conmigo y me ha dicho que le he hecho algo malo a Enrique.

-Igual no lo sabe-dijo Andrés-, no te preocupes.

-¿Cómo quieres que no me preocupe?-dijo Tania-, estoy engañando a mi marido y por algo que aún no sé lo que es.

-¿A qué te refieres?-dijo Andrés.

-¿Qué tenemos tú y yo?-dijo Tania-, ¿una relación o qué?

-No lo sé-dijo Andrés-, pero sé que no puedo dejar de pensar en ti ni por un momento.

-A mí me pasa lo mismo-dijo Tania.

Los dos se fundieron en un beso cuando el lago comenzó a ponerse negro. Los dos se quedaron asombrados.

Raquel, Pablo y Sandra se pararon y vieron lo mismo.


-Al tercer día, salió la mancha-dijo Sandra.



domingo, 7 de septiembre de 2014

Capítulo 7: Un nuevo cadáver

Capítulo 7: Un nuevo cadáver

Raquel y Pablo seguían corriendo para llegar hacia aquel grito que habían oído. Mientras, la guardia civil había llegado a la orilla del lago donde había aparecido José.

Tania y Enrique fueron los primeros en llegar junto con los demás habitantes del pueblo.

-¿Qué son esos ruidos?-dijo Raquel parándose.

Pudo ver unas luces: algo había pasado. Los dos decidieron volver al pueblo para saber qué había pasado. Llegaron a la orilla y Raquel pudo ver a José al lado de sus padres.

-¡José!-dijo Raquel dándole un abrazo-, ¿dónde estabas?

-Jugando-dijo él.

-¡Hija!-dijo Tania-, ¡creía que te había pasado algo!

Raquel hizo un gesto de desagrado, aún no había olvidado la escena que había visto de su madre besándose con Andrés.

Raquel y Pablo decidieron llegar al borde de la cinta policial para preguntar lo que había pasado.

-¿Qué ha pasado?-dijo Pablo.

-Hemos encontrado el cadáver de una joven-dijo el guarda.

Raquel y Pablo se quedaron blancos: una nueva muerte había sucedido. Pablo miró por todos lados hasta que Raquel le sujetó.

-Seguro que no es Sandra-dijo Raquel.

-¿Cómo estás tan segura?-dijo Pablo-, ¡ha dicho una joven!

-Aún no la han sacado chico-dijo el guarda-, podría ser un chaval.

Los dos se quedaron contemplando como sacaban el cadáver del lago tapado. El alcalde llegó para identificar el cadáver y dijo que era del pueblo.

-¿Qué ha pasado?-dijo de pronto Sandra.

-¡Sandra!-dijo Pablo abrazándola-, ¡creíamos que habías muerto!

-¿Yo?-dijo Sandra-, ¿por qué?

-Han encontrado un cadáver-dijo Raquel.

-No-dijo Sandra-, ¿quién es? ¡Guarda! ¡Por Díos!

Los tres vieron como trasladaban el cadáver al coche. En ese momento retiraron la manta y se le pudo ver el rostro.

Pablo se quedo blanco, y Raquel tuvo que abrazar a Sandra para poder aguantar las lágrimas.

Los tres estaban observando el cadáver de Ana.

Tres días después…

Raquel estaba en su habitación haciendo la cama después de levantarse. En ese momento su padre abrió la puerta.

-Tienes visita-dijo él.

-Que pasen-dijo Raquel.

Enrique dejó pasar a Pablo y Sandra. Raquel abrió la puerta y se aseguró de que su padre se hubiese ido. Después, se sentó junto con Pablo y Sandra.

-¿Sabéis algo?-dijo Raquel.

-Nada-dijo Sandra-, hemos ido todos los días a la roca nuestra y no ha dejado ni un mensaje.

-Esto es increíble-dijo Raquel-, Toni lleva tres días desaparecido y nadie sabe nada de él.

-¿Y si está muerto?-dijo Sandra.

-¡No!-dijo Raquel-, me niego a aceptarlo. La guardia civil habría encontrado el cadáver.

Mientras, José estaba en su habitación junto con una pulsera negra. Una pulsera que tenía desde hace tres días…

-¿Sabéis algo de los padres de Ana?-dijo Pablo.

-Se van a mudar hoy por la tarde-dijo Raquel-, es lo que tendríamos que hacer todos y salir de este lugar.

-¿Y dejar que la muerte de Ana quede en vano?-dijo Sandra-, tenemos que averiguar quién la mató.

-¿Y cómo vamos a descubrirlo?-dijo Pablo.

-El túnel-dijo Sandra-, yo finalmente decidí quedarme fuera vigilando. Oí unos ruidos muy raros, pero pensé que serían ratas. Al rato, cuando vi luces supuse que había pasado algo en el pueblo, así que regresé.


-Tenemos que bajar al túnel y ver si han dejado alguna pista-dijo Raquel.



jueves, 6 de marzo de 2014

Capítulo 6: Las Confesiones

Capítulo 6: Las confesiones

Raquel no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Su hermano desaparecido y su madre besándose con el padre de Pablo y Sandra.

-Esto no puede ser-dijo Raquel-, si es que todo me sale mal.

Raquel salió corriendo camino de la orilla. Pablo fue hasta ella.

-Vamos-dijo Pablo-, anímate.

-¿Cómo quieres que me anime?-dijo Raquel-, mi hermano está desaparecido y mi madre está liada con tu padre. Quiero irme de este pueblo.

-Yo también-dijo Pablo-, pero no me puedo ir sin antes decirte que te quiero.

El rostro de Raquel cambió al oír las palabras que su amigo acababa de decirle.

Mientras, Ana, Toni y Sandra salían de la roca.

-Entonces el plan ya está listo-dijo Toni-, iremos a la roca y la abriremos. De no llevar a ningún lado, iremos a la fábrica.

Los tres se dirigieron a la roca. Mientras, el barrendero se dirigió hacia los matorrales.

-Yo no quiero tener nada que ver con esto-dijo el barrendero a alguien-, tú sabrás lo que haces.

Le entregó un sobre a la otra persona que desapareció al instante.

-Lo conseguí-dijo Ana al abrir la roca.

Se abrió una entrada que daba a unas escalaras hacia abajo.

-Vamos-dijo Ana.

Los tres bajaron y descubrieron un largo túnel.

Raquel seguía alucinada con lo que Pablo le acababa de decir. Sin decir ninguna palabra, se acercó para besarle hasta que un gritó la paró: venía de los matorrales.
Los dos se levantaron y fueron corriendo hacia los matorrales. Iban corriendo tan deprisa que ni si quiera veían a donde iban. Raquel resbaló y cayó al suelo.

Raquel vio como una mano le sujetaba el pie.

-¡Mierda!-dijo Raquel-, ¡corre Pablo! ¡Yo me encargo!

Pablo se lo pensó, e hizo caso a Raquel.

Las manos cogían a Raquel cada vez más. Raquel cogió un palo y comenzó a dar en las manos.

-¡Joder!-dijo Raquel-, ¡suéltame cabrón!

En ese momento apareció Pablo y le dio una patada. La presencia salio corriendo y no pudieron verle la cara.

-¡Vamos!-le dijo Pablo a Raquel.

Los dos siguieron corriendo.

Mientras, Tania y Andrés seguían hablando después del beso:

-¿Nunca se lo vas a decir a tus hijos?-dijo Andrés.

-No creo que sea lo mejor-dijo Tania volviéndose a su casa.

Dos pequeños pies estaban andando por un túnel. José avanzaba poco a poco asustado.

José salio del túnel y se acercó al agua. Vio algo que le hizo quedarse paralizado y pegar un grito: había un cadáver. 


jueves, 27 de febrero de 2014

Capítulo 5: El primer cadáver

Capítulo 5: El primer cadáver

Sandra descubrió que aquello que brillaba era un pendiente. Lo cogió y salio del lago a toda prisa. Consiguió encontrar a los demás y los cinco salieron de entre los arbustos.

Al día siguiente, Raquel pensó cada vez más convencida de que su hermano estaba en la fábrica, sano y salvo. En ese momento llamaron a la puerta: era la guardia civil.

Tania y Enrique se quedaron con la boca abierta cuando les dijeron que se había encontrando un cadáver en el lago del pueblo, y que podría ser José.

Todo el pueblo se dirigió al lago para descubrir de quién era el cadáver. Raquel, arropada por sus cuatro amigos y Tania con Enrique.

La guardia civil mostró el rostro del cadáver: se trataba del niño desaparecido, no de José. Ana y Toni se quedaron boquiabiertos: las matanzas habían vuelto a comenzar.

Todo el pueblo le rindió un gran homenaje a aquel niño, sus padres estaban destrozados. Al caer la noche, Raquel se dirigió a la roca, ya que había quedado con los demás.

Sandra les mostró el extraño pendiente que había encontrando la noche anterior y que tan llamativamente le había hecho cogerlo.

-Nunca había visto un pendiente así-dijo Toni.

-El extremo del pendiente tiene forma de F-dijo Ana. De repente su cara se puso muy sorprendida.

-¿Qué pasa Ana?-dijo Sandra.

-Creo que es la llave de una de las rocas que hay entre los matorrales-dijo Ana.

-¿De qué estás hablando?-dijo Pablo.

-De una roca que tiene esta misma F hueca-dijo Ana-, creo que es un pasadizo.

-Pues sólo hay una manera de averiguarlo-dijo Toni-, ¡vamos!

-No-dijo Raquel-, yo no voy.

-¿Cómo que no vienes?-dijo Sandra.

-No quiero que mis padres sufran más-dijo Raquel.

-Yo me voy contigo-dijo Pablo.

-No os podéis ir-dijo Ana-, estamos a punto de poder encontrar a tu hermano Raquel.

-Sabéis de sobra que si pisamos esa fábrica estamos muertos-dijo Raquel.

-O igual pillamos a quien está detrás de todo esto y se acaba-dijo Toni.

-Hay muchas posibilidades-dijo Raquel-, pero yo me voy.

En ese momento Raquel y Pablo abandonaron la roca camino al pueblo.

-Tenemos que trazar un plan para ir-dijo Toni-, vamos a pensarlo.

Mientras, Andrés estaba apoyado en la pared de la iglesia por fuera. Al rato llegó Tania.

-¿Cómo te encuentras?-dijo Andrés.

-He pasado días mejores-dijo Tania.

-¿Crees que está bien esto que estamos haciendo?-dijo Andrés.

-Estoy cansada de ser una mula de carga-dijo Tania-, quiero volver a sentirme libre como una persona.

Tania y Andrés se volvieron a fundir en un beso mientras que, a lo lejos, Raquel y Pablo los veían. 


jueves, 20 de febrero de 2014

Capítulo 4: La Segunda Desaparición

Capítulo 4: La segunda desaparición

Los cinco consiguieron volver a la orilla.

-¡Joder!-dijo Raquel-, ¿qué era eso que nos perseguía?

-No lo sé-dijo Pablo-, pero seguro que está relacionado con la desaparición del niño.

-Y encima nos hemos ido sin nada-dijo Sandra.

-Eso no es cierto-dijo Toni-, encontré este zapato. Creo que era de él.

Los demás observaron el zapato: podría ser de él.

-Mañana tenemos que volver-dijo Ana-, podría haber más pistas.

-Yo no pienso volver-dijo Sandra-, un poco más y nos matan.

-Él ya te ha visto Sandra-dijo Ana-, le da igual que ahora lo dejes. Si lo dejas le darás fuerzas y no creas que te dejará tan tranquila.

-De acuerdo-dijo Sandra-, mañana a las 00:00 quedamos en la roca, ¿ok?

-Ok-dijeron los demás mientras se volvían camino a sus casas.

Raquel no consiguió pegar ojo en toda la noche sabiendo que había estado a punto de morir, pero tenía que averiguar qué había pasado con aquel niño.

A la mañana siguiente la despertó un grito: el de su madre.

Raquel se levantó y se dirigió a la cocina. Su padre se lo contó: José había desaparecido. La guardia civil estaba tomando declaración al barrendero, que era el último que lo había visto.

Raquel salio de su casa justo al mismo tiempo que Sandra y Pablo. Raquel se sumergió en un mar de lágrimas al abrazar a Pablo.

-La guardia civil dice que se ha ido del pueblo-dijo Raquel-, pero yo no los creo.

-Nosotros tampoco-dijeron Ana y Toni a sus espaldas-, sentimos lo de tu hermano.

-Hay que encontrarle-dijo Raquel-, igual que al otro niño.

-Tranquila-dijo Toni-, esta noche lo hablaremos donde ya sabéis.

Raquel no consiguió pensar en otra cosa durante toda la tarde que en su hermano. Cuando llegó la noche, salió y se dirigió hacia la roca junto con Sandra y Pablo. Dentro ya estaban Toni y Ana.

-Las cosas se están complicando-dijo Ana-, primero el niño, y ahora tu hermano.

-Hay que encontrarle Ana-dijo Raquel-, lo estoy pasando fatal.

-Lo sé-dijo Ana-, y vamos a encontrarle. Seguramente se dirigió hacia los matorrales sin querer.

-Mi hermano es muy tímido-dijo Raquel-, y no quería salir de casa. ¿Cómo es posible que se haya escapado? Él sólo quería un amigo.

-¡Claro!-dijo Toni-, seguramente se enteró de que había desaparecido el único niño de su edad y fue a buscarlo.

-¿Tú crees?-dijo Raquel.

-Sí-dijo Toni-, y creo que ya sé dónde está. Ana, tenemos que ir a la fábrica.

-¿Es necesario?-dijo Ana.

-Bastante-dijo Toni.

-De acuerdo-dijo Ana-, pongámonos en camino.

Los cinco salieron de la cueva y comenzaron a andar camino a la fábrica abandonada.

Mientras, Tania estaba muy mal y se levantó mientras Enrique dormía. Abrió la puerta delantera y se sentó en las escalaras de la entrada. En ese momento apareció Andrés.

-¿No puedes dormir?-dijo Andrés.

-No-dijo Tania-, no puedo dejar de pensar ni por un momento en José.

-Es normal-dijo Andrés-, es tu hijo.

-Es que sólo pensar que le puede pasar algo-dijo Tania-, yo me muero…

Tania posó sus ojos medio llorosos en Andrés y poco a poco se fueron acercando hasta juntarse en un profundo beso.

Mientras, los cinco seguían andando. De repente un cuchillo salió disparado de entre las ramas rozando a Raquel.

-¡Joder corred!-gritó Ana.

Cada uno fue hacia un lado. Sandra resbaló y cayó al lago. Intentando salir descubrió algo muy brillante.


jueves, 13 de febrero de 2014

Capítulo 3: Las Pistas

Capítulo 3: Las pistas

La noche había caído sobre el pueblo de Almoharín. Raquel ya estaba preparada para ir a buscar pistas del niño desaparecido junto con los demás. Raquel consiguió salir después de que sus padres se hubiesen dormido. Le pareció raro que su hermano José no se hubiese despertado.

Esperó, escondida de que el barrendero no la viese, a que saliesen Sandra y Pablo. Una vez que salieron se dirigieron hacia la orilla del lago.

José seguía andando entre los alrededores del lago. Quería llegar lo antes posible a la fábrica para tener su primer amigo. Decidió ir más rápido.

Raquel, Sandra y Pablo llegaron a la orilla donde les esperaban Ana y Toni.

-Tenemos que ir ya-dijo Ana-, creo que alguien nos ha seguido.

Los cinco se metieron entre los arbustos lo más rápido que pudieron. Siguieron andando hasta que llegaron a una zona rodeada por la policía con cinta.

-Aquí es-dijo Toni-, se supone que a partir de aquí ya no pasó.

-¿Y eso cómo pueden saberlo?-dijo Sandra.

-No lo saben-dijo Ana-, se lo inventaron para que los padres no siguiesen investigando. La policía teme que vuelva a pasar lo de hace 30 años.

-Yo creo que andó más-dijo Pablo.

-Yo estoy contigo Pablo-dijo Toni-, nosotros buscaremos por la derecha. Vosotras tres por la izquierda.

-De acuerdo-dijeron ellas.

Raquel encendió su linterna esperando encontrar algo. De repente sintió un escalofrío en su cuerpo y se giró.

-¿Qué pasa?-le dijo Sandra.

-Nada-dijo Raquel-, he sentido como si alguien nos estuviese mirando.

-Yo también-dijo Ana-, será mejor que nos reunamos con los chicos. ¡Vamos!

Las tres corrieron en la dirección en la que venían mientras alguien las miraba.

Toni y Pablo continuaban buscando cosas hasta que vieron a las tres correr hacia ellos.

-Hay algo-dijo Raquel-, ahí.

-Lo hemos sentido Toni-dijo Ana.

-Ok-dijo Toni-, salgamos de aquí. ¡Vamos!

Los cinco se pusieron a correr sin acordarse del camino de vuelta, pero tenía que huir de lo que les estaba observando.

Mientras, José consiguió pasar un arbusto que le estaba dando problemas y descubrió delante de él la fábrica que había visto desde el pueblo.

-Hola nuevo amigo-dijo ilusionado.

Raquel y Ana seguían corriendo hasta que se dieron cuenta de que estaban solas.

-¡Dios mío!-dijo Raquel-, ¿dónde están?

-No lo sé-dijo Ana-, pero tenemos que salir de aquí.

De repente oyeron un ruido cerca de ellas.

-¡Mierda! ¡Corre!-gritó Ana.

Las dos salieron corriendo. Al instante se encontraron con los demás.

-¿Dónde estábais?-dijo Toni-, tenemos que salir de aquí es por aquí.

Los cinco salieron corriendo en esa dirección sabiendo que pronto llegarían al pueblo. José llegó a la puerta de la fábrica y la abrió. Un golpe de frío le sacudió la cara. De repente vio algo que le hizo decir algo:

-¿Eres el niño desaparecido?