domingo, 14 de septiembre de 2014

Capítulo 8: La tercera noche

Capítulo 8: La tercera noche

El sol se estaba ocultando poco a poco en Almoharín. Mucha gente del pueblo fue a despedir a los padres de Ana.

-¿Está aquí una tal Raquel?-dijo la madre.

Raquel se quedó sorprendida y miró a Pablo y Sandra.

-Soy yo-dijo acercándose a la madre de Ana.

-Toma-dijo la madre-, ella me dijo que te diese esto por si acaso le pasaba algo. Yo creí que lo decía en broma. Me lo dio ese mismo día por la mañana.

-Gracias-dijo Raquel.

Raquel les lanzó un gesto a Pablo y a Sandra para que fuesen a donde iba ella. Fue hasta la orilla del lago. Al instante aparecieron Pablo y Sandra.

-¿Vas a abrirlo?-dijo Pablo.

-Esta noche-dijo Raquel-, en la cueva nuestra, antes de ir al túnel. Con vosotros.

Raquel estaba cenando, pero no se podía concentrar ya que tenía muchas dudas en la cabeza: ¿Qué contendría aquel paquete que le había dejado Ana? ¿Por qué quería que se lo quedase ella?

Al terminar de cenar, subió a su habitación para coger unas cosas. En ese momento el pomo comenzó a girar. Era Tania.

-Raquel, hija-dijo ella-, ¿puedo hablar contigo?

-No-dijo Raquel-, no me apetece hablar contigo.

-Pero, ¿se puede saber qué te he hecho yo?-dijo Tania.

-A mí nada-dijo Raquel-, pero creo que a papá sí.

Raquel decidió no estar más con su madre en la habitación. Cogió el paquete y salio por la puerta dejando a su madre sola con muchas dudas.

Tania se sacó el móvil del bolsillo y marcó un número.

-Tenemos que vernos-dijo Tania-, creo que mi hija lo sabe.

Cuando Raquel llegó a la cueva aún no había llegado ninguno. Al rato, llegaron Pablo y Sandra.

Raquel se dispuso a abrir el paquete que tantas ganas tenía de saber su contenido. Lo abrió y descubrió…

-¿Qué es esto?-dijo Raquel.

-Es una de esas pegatinas que se ponen en la ropa con la plancha, ¿no?-dijo Sandra.

-Sí-dijo Pablo-, ¿qué es lo que está dibujado?

Los tres examinaron el dibujo. Se trataba de un clavo enorme partido por la mitad, pero en cambio, parecía como si no lo hubiesen roto.

-Jamás había visto este dibujo en mi vida-dijo Raquel-, ¿vosotros?

Los otros dos negaron con la cabeza.

-Bueno-dijo Raquel-, llegó el momento de bajar al túnel.

En ese momento, Tania estaba enfrente de la orilla del lago. Andrés llegó al poco rato.

-Lo sabe-dijo Tania-, está enfadada conmigo y me ha dicho que le he hecho algo malo a Enrique.

-Igual no lo sabe-dijo Andrés-, no te preocupes.

-¿Cómo quieres que no me preocupe?-dijo Tania-, estoy engañando a mi marido y por algo que aún no sé lo que es.

-¿A qué te refieres?-dijo Andrés.

-¿Qué tenemos tú y yo?-dijo Tania-, ¿una relación o qué?

-No lo sé-dijo Andrés-, pero sé que no puedo dejar de pensar en ti ni por un momento.

-A mí me pasa lo mismo-dijo Tania.

Los dos se fundieron en un beso cuando el lago comenzó a ponerse negro. Los dos se quedaron asombrados.

Raquel, Pablo y Sandra se pararon y vieron lo mismo.


-Al tercer día, salió la mancha-dijo Sandra.



No hay comentarios:

Publicar un comentario