jueves, 20 de febrero de 2014

Capítulo 4: La Segunda Desaparición

Capítulo 4: La segunda desaparición

Los cinco consiguieron volver a la orilla.

-¡Joder!-dijo Raquel-, ¿qué era eso que nos perseguía?

-No lo sé-dijo Pablo-, pero seguro que está relacionado con la desaparición del niño.

-Y encima nos hemos ido sin nada-dijo Sandra.

-Eso no es cierto-dijo Toni-, encontré este zapato. Creo que era de él.

Los demás observaron el zapato: podría ser de él.

-Mañana tenemos que volver-dijo Ana-, podría haber más pistas.

-Yo no pienso volver-dijo Sandra-, un poco más y nos matan.

-Él ya te ha visto Sandra-dijo Ana-, le da igual que ahora lo dejes. Si lo dejas le darás fuerzas y no creas que te dejará tan tranquila.

-De acuerdo-dijo Sandra-, mañana a las 00:00 quedamos en la roca, ¿ok?

-Ok-dijeron los demás mientras se volvían camino a sus casas.

Raquel no consiguió pegar ojo en toda la noche sabiendo que había estado a punto de morir, pero tenía que averiguar qué había pasado con aquel niño.

A la mañana siguiente la despertó un grito: el de su madre.

Raquel se levantó y se dirigió a la cocina. Su padre se lo contó: José había desaparecido. La guardia civil estaba tomando declaración al barrendero, que era el último que lo había visto.

Raquel salio de su casa justo al mismo tiempo que Sandra y Pablo. Raquel se sumergió en un mar de lágrimas al abrazar a Pablo.

-La guardia civil dice que se ha ido del pueblo-dijo Raquel-, pero yo no los creo.

-Nosotros tampoco-dijeron Ana y Toni a sus espaldas-, sentimos lo de tu hermano.

-Hay que encontrarle-dijo Raquel-, igual que al otro niño.

-Tranquila-dijo Toni-, esta noche lo hablaremos donde ya sabéis.

Raquel no consiguió pensar en otra cosa durante toda la tarde que en su hermano. Cuando llegó la noche, salió y se dirigió hacia la roca junto con Sandra y Pablo. Dentro ya estaban Toni y Ana.

-Las cosas se están complicando-dijo Ana-, primero el niño, y ahora tu hermano.

-Hay que encontrarle Ana-dijo Raquel-, lo estoy pasando fatal.

-Lo sé-dijo Ana-, y vamos a encontrarle. Seguramente se dirigió hacia los matorrales sin querer.

-Mi hermano es muy tímido-dijo Raquel-, y no quería salir de casa. ¿Cómo es posible que se haya escapado? Él sólo quería un amigo.

-¡Claro!-dijo Toni-, seguramente se enteró de que había desaparecido el único niño de su edad y fue a buscarlo.

-¿Tú crees?-dijo Raquel.

-Sí-dijo Toni-, y creo que ya sé dónde está. Ana, tenemos que ir a la fábrica.

-¿Es necesario?-dijo Ana.

-Bastante-dijo Toni.

-De acuerdo-dijo Ana-, pongámonos en camino.

Los cinco salieron de la cueva y comenzaron a andar camino a la fábrica abandonada.

Mientras, Tania estaba muy mal y se levantó mientras Enrique dormía. Abrió la puerta delantera y se sentó en las escalaras de la entrada. En ese momento apareció Andrés.

-¿No puedes dormir?-dijo Andrés.

-No-dijo Tania-, no puedo dejar de pensar ni por un momento en José.

-Es normal-dijo Andrés-, es tu hijo.

-Es que sólo pensar que le puede pasar algo-dijo Tania-, yo me muero…

Tania posó sus ojos medio llorosos en Andrés y poco a poco se fueron acercando hasta juntarse en un profundo beso.

Mientras, los cinco seguían andando. De repente un cuchillo salió disparado de entre las ramas rozando a Raquel.

-¡Joder corred!-gritó Ana.

Cada uno fue hacia un lado. Sandra resbaló y cayó al lago. Intentando salir descubrió algo muy brillante.


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