domingo, 9 de noviembre de 2014

Capítulo 16: El cartero siempre llama dos veces

Capítulo 16: El cartero siempre llama dos veces

Todos estaban alucinados al ver que la tumba de la madre de Pablo y Sandra estaba vacía.

-No puede ser-dijo Sandra-, esto es demasiado raro.

-Sandra-dijo Toni-, tenemos que irnos. Creo que hay alguien por aquí.

Los cinco se volvieron hacia el pueblo mientras alguien miraba la tumba de Nieves y la tocaba.

Los cinco decidieron quedar al día siguiente en la roca para hablar de lo sucedido mientras Nuria veía si quien estaba en la tumba de su madre era su verdadera madre.

A la mañana siguiente, Raquel estaba muy asustada. Cuando fue a la habitación de su hermano para despertarle descubrió que no estaba. Encima de su cama descubrió un pendiente igual que el que Sandra encontró, pero esta vez el extremo tenía forma de C. Decidió no alertar a sus padres y fue en busca de los demás.

Los cinco decidieron quedar esa noche. Por la noche, Nuria aún no había descubierto si el cadáver que había en la tumba de su madre era su verdadera madre. Sandra y Pablo habían preferido no decirle nada a su padre, ya que no se fían de él.

-He encontrado esto en la habitación de mi hermano-dijo Raquel mostrando el pendiente.

-Creo que lo tengo-dijo Nuria-, creo que este pendiente dará a otro túnel. Tenemos que darnos prisa en encontrarlo antes de que le pase algo malo a José.

Los cinco se pusieron camino en la búsqueda de la roca con ese símbolo. Mientras, Tania y Andrés habían vuelto a quedar esa noche en los alrededores de la iglesia.

-¿Qué quieres?-dijo Andrés.

-Estar contigo-dijo Tania.

-Mira Tania ahora yo no tengo tiempo de tonterías-dijo Andrés-, tengo varias cosas que hacer.

-¿Qué cosas?-dijo Tania-, te recuerdo que estoy embarazada de ti.

-Puede que no sea mío, sino de Enrique-dijo Andrés-, yo prefiero no meterme.

-Pero yo sí-dijo Tania-, no es la primera vez que te sientes así.

Los dos se fundieron en un beso, pero alguien les estaba observando: Enrique.

-Aquí es-dijo Nuria.

Los cinco se acercaron a una roca grande que tenía para meter la C. Al meter el pendiente la roca se abrió como pasó con la que daba al escondite.

-Vamos-dijo Toni.

Los cinco bajaron unas escaleras y comenzaron a andar por el túnel. Andaron durante mucho tiempo hasta que llegaron al final.

-No hay nada-dijo Pablo.

-Esta roca se puede mover-dijo Raquel-, ayúdame Nuria.

Las dos movieron la roca. Daba al aire libre. Los cinco salieron y descubrieron a pocos metros de ellas la entrada a la fábrica.

En esos momentos, el barrendero paró de barrer sacó su móvil y dijo:

-Todo está listo-dijo-, han ido. Puedes ponerlo.


En ese momento Nuria llamó dos veces a la puerta hasta que se abrió. Los cinco descubrieron algo increíble.



domingo, 2 de noviembre de 2014

Capítulo 15: La flor gris

Capítulo 15: La flor gris

Nuria comenzó a andar sola hacia la tumba. Estaba asustada por lo que hubiese dentro. Cogió el pico que había traído y comenzó a picar hasta que llegó al ataúd. No tenía fuerzas para abrirlo.

-Tranquila-dijo Pablo-, te ayudaremos.

Toni, Pablo, Raquel y Sandra habían llegado para ayudar a Nuria. Los cinco abrieron la tumba y encontraron el cadáver de una mujer que no era la madre de Nuria.

-¿Quién es?-dijo Nuria.

-Será tu madre-dijo Sandra-, creo que la Margarita que ha desaparecido no era tu madre.

-¿Cómo dices eso?-dijo Nuria.

-Fue ella la que quiso que os mudaseis aquí, y cuando descubres la tumba desaparece-dijo Sandra-, ¿no es muy raro?

Nuria se quedó paralizada. Raquel estornudó.

-¿Qué te pasa?-dijo Pablo.

-Nada-dijo Raquel-, mi hermano ha estado todo el día acercándome una flor que ha encontrado y ahora siento como si la tuviese aquí.

-¿Qué flor?-dijo Toni.

-Una muy rara-dijo Raquel-, gris.

Sandra y Toni se miraron.

-¿Qué pasa?-dijo Raquel.

-Dentro del pendiente que abría el laberinto encontramos una nota que ponía “la flor gris”-dijo Sandra-, creo que estará por aquí.

-Yo me voy a quedar un poco aquí-dijo Nuria.

Los demás comenzaron a buscar la flor gris.

-¡Aquí!-dijo Pablo.

Los cuatro se acercaron a una pequeña plantación de cinco o seis flores grises.

-Son como la de mi hermano-dijo Raquel.

Raquel se quedó en blanco.

-Sandra, Pablo no miréis la tumba-dijo Raquel.

-¿Qué pasa?-dijeron los dos a la vez.

Los cuatro pudieron leer el nombre que estaba en la tumba: Nieves Fernández García.

-Mamá-dijo Sandra.

-Al parecer la enterraron aquí-dijo Pablo-, cuando vivió aquí y murió.

-Y pensar que nunca le preguntamos a papá dónde estaba la tumba-dijo Sandra.

En ese momento apareció Nuria.

-Ábrela-dijo Nuria.

-¿Cómo?-dijo Sandra-, ¿te has vuelto loca?

-No-dijo Nuria-, ¿no decíais que era raro las dos fechas de la muerte de vuestra madre? Pues abridla y calculemos los años. Tengo un equipo en casa para saberlo. He cogido de mi…madre.

-No sé-dijo Sandra-, ¿qué hacemos Pablo?

-Vamos-dijo Pablo.

Los cinco comenzaron a quitar la tierra hasta que llegaron al ataúd. Sandra y Pablo se miraron y lo abrieron.


El ataúd estaba vacío.