jueves, 13 de febrero de 2014

Capítulo 3: Las Pistas

Capítulo 3: Las pistas

La noche había caído sobre el pueblo de Almoharín. Raquel ya estaba preparada para ir a buscar pistas del niño desaparecido junto con los demás. Raquel consiguió salir después de que sus padres se hubiesen dormido. Le pareció raro que su hermano José no se hubiese despertado.

Esperó, escondida de que el barrendero no la viese, a que saliesen Sandra y Pablo. Una vez que salieron se dirigieron hacia la orilla del lago.

José seguía andando entre los alrededores del lago. Quería llegar lo antes posible a la fábrica para tener su primer amigo. Decidió ir más rápido.

Raquel, Sandra y Pablo llegaron a la orilla donde les esperaban Ana y Toni.

-Tenemos que ir ya-dijo Ana-, creo que alguien nos ha seguido.

Los cinco se metieron entre los arbustos lo más rápido que pudieron. Siguieron andando hasta que llegaron a una zona rodeada por la policía con cinta.

-Aquí es-dijo Toni-, se supone que a partir de aquí ya no pasó.

-¿Y eso cómo pueden saberlo?-dijo Sandra.

-No lo saben-dijo Ana-, se lo inventaron para que los padres no siguiesen investigando. La policía teme que vuelva a pasar lo de hace 30 años.

-Yo creo que andó más-dijo Pablo.

-Yo estoy contigo Pablo-dijo Toni-, nosotros buscaremos por la derecha. Vosotras tres por la izquierda.

-De acuerdo-dijeron ellas.

Raquel encendió su linterna esperando encontrar algo. De repente sintió un escalofrío en su cuerpo y se giró.

-¿Qué pasa?-le dijo Sandra.

-Nada-dijo Raquel-, he sentido como si alguien nos estuviese mirando.

-Yo también-dijo Ana-, será mejor que nos reunamos con los chicos. ¡Vamos!

Las tres corrieron en la dirección en la que venían mientras alguien las miraba.

Toni y Pablo continuaban buscando cosas hasta que vieron a las tres correr hacia ellos.

-Hay algo-dijo Raquel-, ahí.

-Lo hemos sentido Toni-dijo Ana.

-Ok-dijo Toni-, salgamos de aquí. ¡Vamos!

Los cinco se pusieron a correr sin acordarse del camino de vuelta, pero tenía que huir de lo que les estaba observando.

Mientras, José consiguió pasar un arbusto que le estaba dando problemas y descubrió delante de él la fábrica que había visto desde el pueblo.

-Hola nuevo amigo-dijo ilusionado.

Raquel y Ana seguían corriendo hasta que se dieron cuenta de que estaban solas.

-¡Dios mío!-dijo Raquel-, ¿dónde están?

-No lo sé-dijo Ana-, pero tenemos que salir de aquí.

De repente oyeron un ruido cerca de ellas.

-¡Mierda! ¡Corre!-gritó Ana.

Las dos salieron corriendo. Al instante se encontraron con los demás.

-¿Dónde estábais?-dijo Toni-, tenemos que salir de aquí es por aquí.

Los cinco salieron corriendo en esa dirección sabiendo que pronto llegarían al pueblo. José llegó a la puerta de la fábrica y la abrió. Un golpe de frío le sacudió la cara. De repente vio algo que le hizo decir algo:

-¿Eres el niño desaparecido?


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