viernes, 7 de agosto de 2015

Capítulo 29: El hallazgo

Capítulo 29: El hallazgo

-Te recuerdo Raquel que no podemos salir de esta cueva-dijo Sandra.

-Eso me da igual-dijo Raquel-, tenemos que averiguar lo que van a hacer esta noche en la fábrica.

-De acuerdo-dijo Roberto-, iremos.

En ese momento, Ricardo, el tío de Raquel, entraba en el despacho de Gabriela.

-Veo que has llegado muy pronto-dijo Gabriela.

-Como usted me ha mandado-dijo Ricardo.

-Como Cepot número 3 de los cinco-dijo Gabriela-, te deberás de encargar de esos mocosos si husmean esta noche por la fábrica.

-De acuerdo señora-dijo Ricardo.

-Yo no podré ir-dijo Gabriela-, le he dejado al Cepot 1 la misión.

Por la noche, Raquel, Sandra y Roberto salieron de la cueva y se dirigieron a la zona de los matorrales sin que nadie les viese.

Entraron en el túnel que llevaba a la fábrica. Cuando fueron a abrir la trampilla descubrieron que estaba cerrada.

Salieron fuera y decidieron llegar a través de los matorrales. Alguien les estaba siguiendo. En ese momento se oyó un disparo.

Los tres comenzaron a correr. Raquel se había quedado sola, no veía a nadie más. Decidió ir a la fábrica.

Cuando llegó, se asomó por una ventana y descubrió algo increíble: era el cuerpo de Toni, estaban experimentando con él.


En ese momento se oyó un grito mientras Raquel observaba el rostro del Cepot 1: Nuria.



viernes, 31 de julio de 2015

Capítulo 28: Los documentos

Capítulo 28: Los documentos

Al día siguiente, Roberto decidió colarse en el ayuntamiento para conseguir información sobre Gabriela, la alcaldesa del pueblo.

Sandra y Raquel se quedaron en la cueva escuchando las transmisiones de Roberto. Las dos no podían salir por el pueblo porque los cepots sabían quienes eran.

-Bien chicas-dijo Roberto-, ya estoy dentro del despacho.

-¿Has encontrado algo?-dijo Sandra.

-Aún no-dijo Roberto-, en su escritorio no tiene nada.

-Busca en los cajones-dijo Raquel.

-Vale-dijo Roberto-, un segundo. Aquí hay una ficha mía.

-¿Qué hace eso ahí?-dijo Sandra.

-No lo sé-dijo Roberto-, también hay un fax.

-¿Qué pone?-dijo Raquel.

-¡Viene alguien!-dijo Roberto-, ahora os veo.

Roberto cogió el fax y su ficha y salió del despacho, pero alguien le había visto. Fue a la cueva y se puso a leer el fax con Raquel y Sandra:

“Señora alcaldesa:

Le informo de que se rumorea que los sujetos Raquel y Sandra están de nuevo en Almoharín. Debe eliminarlas si las ve y también a Roberto, el hermano de Toni, el arma secreta. Esta noche iniciaremos el EC en la fábrica”.

-¡Mierda!-dijo Sandra-, ya saben que estamos en el pueblo.

-¿A qué se referirá con lo de que Toni es un arma secreta?-dijo Raquel.

-No lo sé-dijo Roberto-, pero algo van a hacer esta noche en la fábrica.


-Tenemos que ir-dijo Raquel-, esta noche.



viernes, 24 de julio de 2015

Capítulo 27: El regreso

Capítulo 27: El regreso

Raquel estaba alucinada. Roberto y Raquel llevaron a Sandra por una parte del bosque. Llegaron a una especie de laguna donde al lado había una roca enorme. Roberto la abrió y entraron los tres.

Unas horas después, Roberto le había conseguido curar la herida a Sandra.

-Es increíble-dijo Raquel-, no sabía que Toni tuviese ningún hermano.

-Pues lo tiene-dijo Roberto-, ¿qué hacéis aquí?

-Hemos vuelto-dijo Raquel-, queremos acabar con todo lo que pasa aquí.

-No deberíais de haber vuelto-dijo Roberto.

-El tío de Raquel es un cepot-dijo Sandra-, intentó matarnos.

-Este pueblo no es seguro-dijo Roberto.

-Lo sabemos-dijo Raquel-, estuvimos cuando creíamos que había terminado el misterio, cuando murió el jefe, Pablo.

-¿Pablo?-dijo Roberto-, ¿el hermano de Sandra?

-Sí-dijo Sandra-, mi hermano.

-Pablo no era el asesino-dijo Roberto-, no era el jefe.

-¿Cómo que no era el jefe?-dijo Pablo-, él lo confesó e intentó matarnos.

-Él era únicamente un cepot-dijo Roberto-, el jefe le obligó a que dijese eso o le mataría.

-No puede ser-dijo Sandra-, no te creo.

-No os queda otra opción que creerme-dijo Roberto-, yo llegué aquí para el entierro de mi hermano y en su testamento me dejó unas pistas para seguir el misterio.

-De acuerdo-dijo Raquel-, lo haremos.

-No estoy de acuerdo de confiar en él-dijo Sandra.

-No nos queda más remedio Sandra-dijo Raquel-, además te recuerdo que te ha salvado la vida.

-De acuerdo-dijo Sandra-, confiaremos en ti.


-Gracias-dijo Roberto-, ahora mismo estoy siguiendo una investigación sobre Gabriela García, la nueva alcaldesa de Almoharín. Creo que oculta algo.



viernes, 17 de julio de 2015

Capítulo 26: El viaje

Capítulo 26: El viaje

Raquel y Sandra intercambian información para crear un plan cuando lleguen a Almoharín.

-Estoy preocupada-dijo Sandra.

-¿Por qué?-dijo Raquel.

-Por Nuria-dijo Sandra-, en la PD del fax pone que están buscando a la otra superviviente, seguro que es a ella.

-Al menos no saben dónde está-dijo Raquel.

-Lo que no entiendo es por qué nos ha estado manteniendo dos meses un cepot si nos iba a matar-dijo Sandra.

-Eso es algo que tendremos que descubrir cuando regresemos-dijo Raquel.

-No podremos andar tranquilamente por el pueblo-dijo Sandra-, ellos nos conocen.

-Lo sé-dijo Raquel-, ya pensaremos en algo, pero Sandra, necesito saber si me has contado todo sobre ellos cuando tú estuviste amenazada y tuviste que formar parte de ellos.

-Ya te lo conté todo-dijo Sandra-, no sé nada más.

El tren se paró, ya habían llegado. Las dos bajaron, sólo tenían que recorrer un pequeño camino andando.

En la mitad del camino se oyó un disparo y Sandra cayó dolorida al suelo: le habían dado en la pierna.

Una mujer encapuchada había sido la que había disparado y se preparaba para volver a hacerlo. Delante de ellas, un chico salió de los arbustos con una escopeta y se puso a dispararla.

La mujer huyó sin recibir ningún disparo. El chico fue a ver la herida de Sandra:

-Esto no tiene buena pinta-dijo el chico-, ¿qué hacéis solas por este sitio?

-A ti qué te importa-dijo Raquel.

-Un segundo-dijo el chico-, ¿tú eres Raquel?

-Sí-dijo Raquel-, ¿cómo lo sabes?

-Y supongo que tú eres Sandra-dijo el chico.

-Sí-dijo Sandra-, pero dejemos las preguntas y cúrame por favor.

-¿Cómo sabes quienes somos?-dijo Raquel.


-Me llamo Roberto-dijo el chico-, soy el hermano de Toni.



viernes, 10 de julio de 2015

Capítulo 25: El misterio no ha terminado

Capítulo 25: El misterio no ha terminado

Raquel consiguió esquivar el ataque de su tío y salió de la habitación dejándole encerrado. Sandra corrió hacia ella.

-¡¿Qué ha pasado?!-dijo Sandra-, ¡te he oído gritar!

-¡Ricardo me ha intentado matar!-dijo Raquel-, ¡como también lo hará contigo!

-¡¿De qué estás hablando?!-dijo Sandra.

-Ahora no te lo puedo explicar-dijo Raquel-, tenemos que irnos ya. ¡Recoge las cosas más importantes!

Las dos fueron cada una a su habitación a recoger las pocas cosas de valor que tenían. Ricardo, estaba intentando salir de la habitación. Cuando Raquel salió con su bolsa de la habitación, Ricardo tiró la puerta abajo y salió de la habitación.

Raquel y Sandra salieron corriendo de la casa hasta despistarle. Las dos vieron como Ricardo regresó a la casa.

-¡¿Me vas a contar ya qué narices está pasando?!-dijo Sandra.

-Todo se resumen en este fax que ha recibido Ricardo esta mañana-dijo Raquel.

Después de leerlo, Sandra no supo articular palabra alguna.

-El misterio de Almoharín aún no ha terminado-dijo Raquel.

-No puede ser-dijo Sandra-, yo maté al asesino, a Pablo.

-Pues al parecer no era el asesino-dijo Raquel-, o había alguien que mandaba más que él.

-¿Qué vamos a hacer?-dijo Sandra.

-Tenemos que regresar-dijo Raquel.

-¡¿Qué?!-dijo Sandra-, ¡¿te has vuelto loca?! ¡Yo no pienso volver!

-¡¿Es que no has leído el fax?!-dijo Raquel-, ellos van a por un chico. Seguramente sea alguien que está intentando descubrir el misterio. Tenemos que ayudarle.

-No sé Raquel-dijo Sandra.

-No pienso permitir que la muerte de las personas a las que más quería quede en vano-dijo Raquel-, yo voy a ir. Tú eliges.

-Está bien-dijo Sandra-, iré contigo.


Las dos fueron a la estación de tren y se montaron en el que llegaba cerca de Almoharín.



viernes, 3 de julio de 2015

Capítulo 24: El fax

Capítulo 24: El fax

Amanece una calurosa mañana en la cuidad de Valencia. Raquel se despertaba con algo de sueño. Se acercó a la ventana y vio el mar. Desayunó y se dirigió a la habitación de Sandra. Las dos se vistieron y salieron a la calle para ir a buscar trabajo.

-¿Estás bien?-dijo Sandra.

-Claro que estoy bien, ¿por qué tendría que estar mal?-dijo Raquel.

-Porque hoy se cumplen dos meses-dijo Sandra.

-Ya lo sabía-dijo Raquel-, no he dejado de pensar en ello ni un solo día.

-¿Los echas de menos?-dijo Sandra.

-Echo de menos a mi madre, a Toni, a mi hermano y a Ana-dijo Raquel.

-Como yo-dijo Sandra-, sigo sin creerme que mi hermano fuese el asesino, es increíble.

-Lo mejor será no recordarlo más-dijo Raquel-, tenemos que buscar empleo y comprar la comida de hoy.

Las dos amigas y casi hermanas entraron en el primer local donde buscaban gente. En esos momentos, Ricardo, el tío de Raquel, estaba nervioso porque aún no había recibido un fax muy importante.

Casi a la hora de comer, Raquel y Sandra salieron de una tienda de comprar la comida y se dirigieron a la casa. Ricardo no podía aguantar más la espera por lo que salió de la casa para dirigirse a la cabina más cercana.

Justo cuando salió, Raquel y Sandra entraron en la casa. Se extrañaron que no estuviese su tío en la casa. Raquel fue a su habitación cuando oyó un ruido en la habitación de su tío.

Sin saber de dónde provenía, buscó hasta hallar la procedencia debajo de la cama. Había una máquina de fax, de ella estaba saliendo un fax. Raquel no cogió y lo leyó:

“Estimado Ricardo:

Siento mucho la espera, pero comprenderás todo se está complicando demasiado. El chico sigue sin aparecer igual que el cepot que lo iba a matar. No sabemos lo que ha pasado.

Te pedimos de nuevo que continúes en Valencia y lleves acabo ya el plan de eliminación de las dos supervivientes.

PD: Seguimos sin saber el paradero de la otra superviviente.

Cepot 2”.


Raquel no podía articular ningún movimiento después de lo que acababa de leer. En ese momento, Ricardo entró en la habitación. Al ver a Raquel con el fax se sacó un cuchillo del tobillo y se abalanzó contra ella.



lunes, 20 de abril de 2015

Capítulo 23: La realidad

Capítulo 23: La realidad

-¿Cómo que tienes la llave?-dijo Raquel.

En ese momento Pablo cogió a Raquel por el cuello apuntándola con una pistola.

-¡Soltad las armas!-dijo Pablo.

-¿Pero qué coño haces?-dijo Sandra.

-Dadme las armas si no queréis ver morir a Raquel delante de vuestros ojos-dijo Pablo.

Nuria y Toni deslizaron sus armas por el suelo hasta que Pablo las recogió soltando a Raquel.

-¿Eres un cepot?-dijo Sandra-, Andrés no me dijo que lo fueses.

-No soy ningún cepot-dijo Pablo-, yo soy el asesino.

-¿Cómo?-dijo Toni.

-Exacto Toni-dijo Pablo-, mi madre fue la asesina hace 18 años. Cuando estuvieron a punto de pillarla tuvo que fingir su muerte para poder escapar, por eso la tumba está vacía. Mi madre me lo explicó todo, sólo a mí, me dijo que teníamos que ocultar el gran secreto de nuestra familia. Mi madre mató a sus padres. Alguien lo descubrió y por eso comenzaron las matanzas. Mi madre siempre ha estado oculta de ti, Sandra, porque no quería que estuvieses vinculada en esto. Mi madre intentó que mi padre no regresase al pueblo para acabar con Ana y contigo, Toni, ya que vuestros tíos fueron los que la descubrieron. Como mi madre se negó, mi padre la mató. Pero en su testamento me daba a mí su poder, así que mi padre se quedó en cepot bajo mis órdenes. Mi padre no hizo caso a mi madre y vinculó a Sandra.

-Tú has estado siempre detrás de todo-dijo Raquel-, fingiendo que te impresionaba todo. Corriendo de los cepots, de tus aliados.

-Si vas a matarnos hazlo ya-dijo Toni-, me da igual morir. He descubierto quién ha estado siempre detrás de todo.

-¿Por eso querías salir conmigo?-dijo Raquel.

-Por supuesto-dijo Pablo-, igual que con Nuria.

-Mira cabrón de mierda-dijo Nuria-, mátame. Sólo te alzaré la mano antes de mi muerte.

Nuria alzó la mano y una mini pistola que llevaba en la muñeca le dio un balazo a Pablo en la pierna. Los cuatro abrieron la puerta y salieron corriendo por el túnel. Pablo consiguió recuperarse y fue detrás de ellos.

-¡Tenemos que salir de este puto pueblo ya!-dijo Raquel.

-Vamos por aquí-dijo Nuria.

Los cuatro siguieron corriendo hasta que una sombra se acercó a ellos y golpeó a Raquel.

-¡Raquel!-gritó la voz de Tania.

Andrés sacó su pistola y disparó a Tania.

-¡Mamá!-gritó Raquel.

Andrés volvió a golpear a Raquel y cuando la iba a disparar Nuria fue a dispararle, pero no tenía más balas. Toni se sacó del tobillo un cuchillo y se lo clavó en el pecho. Andrés se volvió y le asentó un disparo a Toni que lo echó para atrás.

-¡Toni!-gritó Nuria.

-Mamá-dijo Raquel junto a su madre-, sigue conmigo por favor.

-Te quiero hija-dijo Tania-, aunque haya tenido que ser asesinada por tu padre.

-Lo sé, ya lo sabía-dijo Raquel-, por favor sigue conmigo.

Tania murió junto con Andrés y Toni. En ese momento apareció Pablo con la escopeta.

-Ya es ahora de acabar con esto-dijo Pablo.

Pero un disparo en la cabeza la hizo caer al suelo: había muerto. Sandra le había disparado con la pistola de Andrés.

-Eso por ocultarme que mamá estaba viva-dijo Sandra.

Allí estaban las tres, Sandra, Nuria y Raquel junto con los cadáveres de Tania, Andrés, Toni y Pablo.

La guardia civil llegó. Las tres les explicaron lo de las matanzas.

1 mes después

El pueblo de Almoharín se despertó una mañana más. Raquel se marchaba a casa de su tío en Valencia.

-Bueno-dijo Raquel-, ¿tú que harás Nuria?

-Creo que me voy a ir a Finlandia, allí está la casa donde vivía mi madre. Creo que me irá bien. ¿Y tú Sandra?

-Yo me voy con Raquel-dijo Sandra-, somos hermanastras.

-Os voy a echar de menos-dijo Nuria.

-Y nosotras a ti-dijo Raquel.


Las tres se abrazaron mientras dejaban atrás el pueblo de Almoharín. Cada una iba a comenzar una nueva vida, una vida real lejos de aquella zona.



lunes, 13 de abril de 2015

Capítulo 22: La enemistad

Capítulo 22: La enemistad

A la mañana siguiente Sandra se despertó. Cuando fue al baño encontró un mensaje escrito en el espejo: esta noche en la puerta de la fábrica. En ese momento el pomo comenzó a girar. Sandra lo borró todo antes de que entrase: era Pablo.

Nuria seguía pensando que su padre estaba detrás de los crímenes también, así que decidió seguirle cuando salió de su casa camino a los matorrales.

Llegó la noche y Nuria le había perdido. En ese momento se oyó un disparo. Sandra había llegado a la fábrica.

-Hola hermanita-dijo Pablo.

Él, Raquel y Toni se giraron: la habían pillado.

-¿Eres un cepot?-dijo Toni-, ¡contesta puta!

-Dejadme que os explique…-dijo Sandra.

-No tienes nada que explicar-dijo Raquel-, llevas todo este tiempo pasándole información al asesino. Tú quemaste las pruebas y destruiste nuestra roca.

-Lo hizo porque está amenazada-dijo Nuria, apareciendo con una escopeta en la mano.

-¿Qué haces con eso?-dijo Toni.

-Acabo de matar a Raúl-dijo Nuria.

-¿Acabas de matar a tu padre?-dijo Raquel.

-Era un cepot e iba a matarme-dijo Nuria-, menos mal que yo iba preparada. Sandra es inocente, tu padre, Pablo, la tiene amenazada de muerte. Sólo lleva con ellos desde que destrozó la roca.

-Está bien-dijo Toni-, te perdonamos Sandra. Pero tienes que dejarlo.

-No puedo-dijo Sandra-, me matará. Él mató a José.

-¿Cómo?-dijo Raquel-, tu pad…mi padre.

-¿Tu qué?-dijo Sandra.

-Es su padre Sandra-dijo Pablo-, pero José no era tu hermano Raquel, si no hermanastro.

-Me da igual-dijo Sandra-, si lo dejo me matará.

-Tú eso déjalo en mis manos-dijo Nuria-, nosotros te protegeremos. Tienes que darnos información de algún cepot más y del asesino.

-No sé quién es el asesino-dijo Sandra-, pero sé que el barrendero y Andrés son cepots.

-Vamos a hablar con el barrendero-dijo Toni.

-No está-dijo Toni-, le he visto marcharse del pueblo esta mañana.

De repente se oyó un ruido entre los matorrales.

-¡Por aquí!-dijo Pablo-, conozco un lugar.

Los cinco comenzaron a correr y se metieron por una trampilla de la fábrica. Corrieron hasta que llegaron a una habitación. Pablo cerró la puerta con llave.



lunes, 6 de abril de 2015

Capítulo 21: La llamada de la carta

Capítulo 21: La llamada de la carta

-No puede ser-dijo Toni-, ¡las han quemado!

-Nadie más sabía que las habíamos enterrado aquí-dijo Raquel-, nos vigilan por todas partes.

-Yo voy a atrapar a esos cabrones-dijo Nuria-, voy a hablar con mi padre.

Nuria se dirigió a su casa. Raúl estaba sentado en el salón viendo la tele. Nuria se la apagó y se puso delante de él.

-¿Tú sabías que Margarita estaba detrás de los crímenes?-dijo Nuria.

-¿Cómo?-dijo Raúl-, ¿de qué crímenes me estás hablando?

-De los crímenes de este pueblo-dijo Nuria-, la muerte del alcalde, de José, de Margarita, y de una chica que vivía en esta casa.

-No sé de lo que me estás hablando-dijo Raúl levantándose.

Nuria le cortó el paso.

-Creo que sabes más de lo que dices-dijo Nuria-, como que Margarita no era mi madre. Sé que a mi madre la maté yo.

Raúl se quedó en blanco.

-De acuerdo-dijo Raúl-, te lo contaré. Tu madre se llamaba Margarita. La mujer que ha estado con nosotros se llamaba Victoria. La he querido mucho, pero no era tu verdadera madre. Y no sé nada de ningún crimen porque todo han sido accidentes.

Raúl salio del salón. Nuria decidió subir a la habitación de Margarita. Se puso a rebuscar hasta que debajo del colchón encontró una carta con aquel símbolo, aquel clavo partido por la mitad.

Nuria abrió la carta y descubrió que era del asesino. Ella se había mudado a Almoharín por una amenaza, quería que Nuria estuviese en el pueblo. Nuria se guardó la carta y salio de la casa.

Mientras, Tania estaba fatal. Su depresión crecía cada vez más. Tenía un secreto que no podía ocultar más, pero no lo podía contar. Esa noche quedó con Andrés.

-Andrés-dijo Tania-, se lo voy a contar a Raquel.

-¿Cómo?-dijo Andrés sujetándola por el cuello-, como se te ocurra decir algo te mato, y sabes que soy capaz. Mi familia lleva mucho en esto.

-Raquel no-dijo Tania-, ella no es como tú.

-Pero lleva mi sangre-dijo Andrés-, algún día también lo será. Como se te ocurra decirle a Raquel que soy su padre, le harás compañía al alcalde.

-De acuerdo-dijo Tania yéndose a su casa.

Andrés se metió en su casa. Pablo había oído la conversación. Esa noche, Pablo llamó a todos menos a Sandra. Se reunieron en el escondite del primer túnel.

-¿Para qué nos ha dicho que viniéramos?-dijo Raquel-, ¿y Sandra?

-Antes de eso-dijo Nuria-, he descubierto una carta de mi falsa madre. Ella se mudó aquí conmigo y con mi padre para que yo muriese. El asesino me quiere a mí.

-Es demasiado importante lo que tengo que decir Nuria-dijo Pablo-, mi padre está detrás de esto.

-¿Tu padre?-dijo Raquel-, ¿un cepot?

-Sí-dijo Pablo-, ha amenazadazo a tu madre. Y ha dicho que mi familia lleva tiempo en esto. Creo que Sandra podría estar también con ellos.

-¿Tu eres gilipollas?-dijo Toni-, ¿cómo va a hacer Sandra una cosa así?

-Sé que es difícil de creer-dijo Pablo-, pero lo podemos averiguar. Además he descubierto que tengo una hermanastra.

-¿Cómo?-dijo Nuria-, ¿quién?

-Raquel-dijo Pablo.

Raquel se quedó en blanco.

-¿Yo?-dijo Raquel-, te has vuelto loco.

-He oído como se lo decía mi padre a tu madre-dijo Pablo.

-Voy a hablar con ella-dijo Raquel.


-¡No!-dijo Pablo-, si lo haces ya puedes dar a tu madre por muerta. Tenemos que averiguar si Sandra es un cepot o no.



lunes, 30 de marzo de 2015

Capítulo 20: Peligrosamente cierto

Capítulo 20: Peligrosamente cierto

Nuria salió corriendo del despacho del alcalde antes de que nadie la pillase. Se reunió con los demás para contárselo:

-¿El cepot 2?-dijo Raquel-, o sea que el alcalde es uno de los cómplices. Pero tenemos que saber quiénes son los demás.

-Yo creo que podríamos amenazar al alcalde de que sabemos que está detrás de los crímenes-dijo Sandra.

-No-dijo Toni-, nos matarían al instante. No podemos decir nada.

-¿Y qué hacemos?-dijo Raquel.

-Dejádmelo a mí-dijo Toni-, esta noche hablaré con él.

Toni le mandó al alcalde un anónimo citándole como si él fuese el asesino. Al caer la noche, el alcalde fue hasta una zona de los matorrales.

Allí Toni le sacó una pistola que tenía.

-Buenas noches alcalde-dijo Toni.

-¿Qué haces tú aquí?-dijo el alcalde-, ¿y con una pistola?

-Creo que la pregunta es qué hace usted aquí-dijo Toni.

-Tomar el aire-dijo el alcalde.

-Sé que usted es el cepot 2-dijo Toni-, así que dígame ahora mismo quiénes son los demás si no quiere morir.

-Está bien-dijo el alcalde-, uno de los cepot está siempre cerca de ti, y el asesino es…

Un disparo en la espalda mató al alcalde. Toni salió corriendo pero los arbustos estaban llenos de cepot, estaban todos. Toni regresó al pueblo.

Raquel y Pablo estaban en la orilla: habían secuestrado a Nuria.

A los pocos minutos, el pueblo comenzó a ir a la laguna después de que se encontrase el cuerpo del alcalde. Varios habitantes estaban asustados hasta que la guardia civil dijo que había sido un suicidio, cosa que era mentira.

A la mañana siguiente Raquel no dejaba de pensar en las palabras que el alcalde le dijo a Toni. ¿Y si uno de ellos era un cepot? Muy raro. Pero ahora había que pensar en Nuria, que estaba secuestrada.

Los cinco quedaron esa noche para ir a buscar a Nuria. Volvieron a la fábrica pero estaba vacía.

-¡Mirad!-dijo Raquel-, ¡aquí hay otra trampilla!

En ese momento la trampilla se abrió y salio Nuria.

-¡Nuria!-dijo Toni-, ¿estás bien?

-Sí-dijo Nuria-, tengo varias pruebas que no he leído pero tenemos que salir de aquí.

Los cinco salieron de la fábrica y regresaron al pueblo. En las pruebas se podía leer como el asesino había estado sobornando a la guardia civil para que ocultase los asesinatos de los últimos años.

-Estas pruebas podrían hacer que todo acabase-dijo Raquel.

-Mañana las entregaremos-dijo Toni-, vamos a enterrarlas aquí.


Los cinco las enterraron. A la mañana siguiente fueron a desenterrar las pruebas pero alguien las había quemado.



lunes, 23 de marzo de 2015

Capítulo 19: Los cepot

Capítulo 19: Los cepot

Raquel y Pablo volvieron cada uno a su casa después de aquel beso. Todos decidieron quedar en el cementerio oculto de los matorrales.

-¡Os tengo que contar algo!-dijo Nuria.

-¿Lo del alcalde?-dijo Toni.

-No al final no pude hacer nada-mintió Nuria-, es sobre lo de la tumba de mi madre.

-¿Qué has descubierto?-dijo Sandra.

-Es mi madre real-dijo Nuria-, la mujer que ha estado siempre haciéndose pasar por mi madre no era, y sé porqué se casó con mi padre, por mí.

-¿Por ti?-dijeron los demás.

-Sí-dijo Nuria-, veréis. A mi madre nunca la vi, siempre estaba trabajando muy lejos. A los 12 años mi padre y yo fuimos a Finlandia a verla. No la encontrábamos. Estaba lloviendo y ya casi era de noche, mi padre estaba muy nervioso. Creo que alguien me golpeó sin querer sobre una mesa de cuchillos de un puesto que cayeron sobre la dependienta. Aquella mujer era mi verdadera madre. Supongo que se escondió para que no viese que sólo era dependienta. Supongo que mi padre ocultó aquí el cadáver, que es donde ella nació. Yo maté a mi madre sin querer. Mi padre dijo que con el aire la mesa volcó, creo que era para que de mayor no me pasase nada…Mira os lo tengo que decir. El alcalde lo sabe.

-¿Lo de que mataste sin querer a tu madre?-dijo Pablo.

-Sí-dijo Nuria-, hoy he intentado sacarle cosas. Tenía un escrito sobre José, pero sabe lo de Finlandia, no sé cómo pero lo sabe.

-El alcalde tiene que estar detrás de los crímenes-dijo Toni-, pero eso no explica quién era el que nos persiguió en la fábrica, ni quien pudo abrir nuestra roca desde dentro. ¿Tú cómo estás Raquel?

-Mal-dijo ella-, mi madre sigue sin creer que mi hermano haya muerto, y mi padre nos ha abandonado.

De repente se oyó un disparo. Los cinco corrieron al lugar donde se había producido. Descubrieron a la falsa madre de Nuria, Margarita, con un disparo en la tripa.

-¡Hija de puta!-dijo Nuria.

-¡Nuria!-dijo Margarita-, tenéis que iros de aquí. Dejad de remover el pasado, os matarán.

-¿Quiénes?-dijo Pablo.

En ese momento Margarita murió. En su mano había un papel que Raquel cogió. De repente se oyeron unos pasos.

-Será mejor que nos vayamos de aquí-dijo Toni-, no es seguro.

Los cinco regresaron al pueblo para leer el papel. Llegaron a la iglesia.

-Veamos-dijo Raquel leyendo la carta-, “él sabe que estás intentando ayudar a Nuria y va a matarte. Márchate porque no te servirá esconderte. El cepot 3 de los 5 hizo bien en matar a José cuando tú no pudiste. Huye, vete de Almoharín ahora que tú puedes y yo no”.

-¿Margarita estaba con el asesino?-dijo Toni.

-Al parecer sí-dijo Nuria-, y me quería ayudar. Supongo que quería dejarlo, pero aún así sigue siendo una hija de puta.

-¿Y qué es un cepot?-dijo Raquel-, uno de esos mató a mi hermano.

-Debe de ser uno de los cinco cómplices que tiene el asesino en el pueblo-dijo Pablo.

-O sea que hay cinco mierdas que a escondidas nos quieren matar-dijo Raquel-, joder.

Los cinco decidieron regresar a casa para hablar mejor al día siguiente con la luz del sol.

La guardia civil había regresado por el cadáver de Margarita. Raúl estaba muy afectado. El alcalde estaba presidiendo la salida del cadáver.


Nuria aprovechó y se coló en el despacho para buscar más papeles. En uno de los cajones descubrió el símbolo de la pista que dio Ana antes de morir. Detrás ponía “cepot 2”.



lunes, 16 de marzo de 2015

Capítulo 18: Extraña coincidencia

Capítulo 18: Extraña coincidencia

Raquel fue corriendo a alertar a los demás. Ninguno de los cinco podía creer lo que estaban viendo. A la mañana siguiente, Nuria se coló en el despacho del alcalde. Estaba dispuesta a sacarle todo. Encontró un papel en una estantería, era sobre José.

-Ya te esperaba Nuria-dijo el alcalde entrando y encerrando la puerta.

-¿Cómo sabe mi nombre?-dijo Nuria.

-Soy el alcalde-dijo él.

-No-dijo Nuria-, sé que usted es algo más y que está detrás de la muerte de José. Usted ha sido quien ha ocultado su cadáver.

En ese momento el alcalde la cogió por el cuello.

-Será mejor que te calles-dijo el alcalde-, si no creo que debería contar lo de Finlandia.

Nuria miró asustada al alcalde.

-Ahora te dejo salir-dijo el alcalde abriendo la puerta.

Nuria salió casi llorando. Tania y Andrés habían quedado para hablar.

-¿Estás mal?-dijo Andrés.

-Estoy mal por la desaparición de José, no por Enrique-dijo Tania-, creo que debería contárselo a Raquel.

-Jamás-dijo Andrés-, quedamos en eso hace tiempo.

-Pero ahora que Enrique se ha ido no creo que merezca la pena seguir mintiendo-dijo Tania.

-Como se te ocurra decir algo vas a acompañar a tu hijo al infierno-dijo Andrés.

-¿Cómo?-dijo Tania-, mi hijo no está muerto.

Andrés se fue. Raquel estaba destrozada y pensaba en marcharse sola del pueblo. Estaba en la orilla del lago viendo la puesta de sol.

-¿Me puedo sentar?-dijo Pablo.

-Claro-dijo Raquel.

-No quiero que te vayas-dijo Pablo.

-No lo sé Pablo-dijo Raquel-, mi hermano ha muerto, mi padre nos ha abandonado y mi madre está liada con tu padre.

-Me tienes a mí-dijo Pablo.


Los dos se acercaron y se dieron un beso. Nuria les estaba viendo a lo lejos, pero regresó a su casa.



lunes, 9 de marzo de 2015

Capítulo 17: Los hallazgos

Capítulo 17: Los hallazgos

Ninguno de los cinco podía creer lo que estaba viendo. Nueve cadáveres estaban enfrente de ellos, pero lo importante era quién era uno de los cadáveres: José.

-¡No!-gritaba Raquel-, ¡José!

-¡Raquel tranquila!-dijo Pablo-, vamos ven aquí.

Nuria miró a Pablo con celos. Todos estaban muy tristes con el hallazgo del cadáver de José.

-Mirad-dijo Toni-, aquí hay un montón de documentos. Son de hace mucho tiempo, creo que son los reales de todo lo que pasó.

En ese momento se oyó un fuerte golpe al cerrarse la puerta junto con una sombra.

-¡Mierda!-gritó Toni-, ¡corred!

-¿Quién eres hijo de puta?-gritó Raquel acercándose a la sombra.

-Raquel vámonos-dijo Pablo tirando de ella.

Los cinco corrían por la fábrica sin rumbo. Toni encontró una trampilla. Los cinco se metieron y comenzaron a andar por un túnel.

Tania entró en casa. Enrique estaba sentado en la cocina.

-¿Qué pasa?-dijo Tania.

-Dímelo tú-dijo Enrique-, ¿desde cuándo?

-¿Desde cuándo qué?-dijo Tania.

-Desde cuándo estás liada con Andrés-dijo Enrique.

-¿Cómo?-dijo Tania.

-Os acabo de ver-dijo Enrique.

Tania se quedó en blanco sin decir nada.

-¿No vas a decir nada?-dijo Enrique-, ¿otra vez con lo mismo? ¿Me vas a destrozar la vida por segunda vez?

-Enrique yo…-dijo Tania.

-¡Cállate!-dijo Enrique-, ya me pareció bastante casualidad que estuviese viviendo en este pueblo cuando nos mudamos. No me vas a volver a destrozar la vida, esta vez me voy yo.

Enrique se fue a la habitación, hizo la maleta y se fue de Almoharín. Los cinco siguieron corriendo hasta que llegaron a una trampilla. Cuando salieron se encontraron en el despacho del alcalde.

-¿Porqué hay un túnel desde la fábrica hasta aquí?-dijo Toni.

-¡Mierda!-dijo Nuria-, ¡el alcalde!

Los cinco se escondieron. El alcalde entró a por unos papeles y se marchó.

-Está claro-dijo Sandra-, el alcalde es el asesino.

-No puede ser-dijo Toni-, no puede haber venido tan rápido desde la fábrica hasta aquí. Sólo nosotros hemos ido por el túnel.

-Pero él tiene algo que ver-dijo Nuria-, tranquilos que esto me toca a mí mañana.

Los cinco acompañaron a Raquel a casa para darle la mala noticia de la muerte de su hermano a su madre, pero se encontró con la del abandono de su padre. Raquel no tuvo fuerzas.

A la mañana siguiente, Raquel se lo contó. Tania estaba destrozada. La guardia civil fue a la fábrica pero no había nada, ningún cadáver, ni papeles, ni nada. Tania no creyó en Raquel y dio a José como desaparecido.


Raquel fue esa noche a la roca para pensar, pero se encontró con que el asesino había estado ahí y se había llevado todas las pruebas que tenían.