Capítulo 23: La realidad
-¿Cómo que tienes la llave?-dijo Raquel.
En ese momento Pablo cogió a Raquel por el cuello
apuntándola con una pistola.
-¡Soltad las armas!-dijo Pablo.
-¿Pero qué coño haces?-dijo Sandra.
-Dadme las armas si no queréis ver morir a Raquel
delante de vuestros ojos-dijo Pablo.
Nuria y Toni deslizaron sus armas por el suelo hasta
que Pablo las recogió soltando a Raquel.
-¿Eres un cepot?-dijo Sandra-, Andrés no me dijo
que lo fueses.
-No soy ningún cepot-dijo Pablo-, yo soy el asesino.
-¿Cómo?-dijo Toni.
-Exacto Toni-dijo Pablo-, mi madre fue la asesina
hace 18 años. Cuando estuvieron a punto de pillarla tuvo que fingir
su muerte para poder escapar, por eso la tumba está vacía. Mi madre
me lo explicó todo, sólo a mí, me dijo que teníamos que ocultar
el gran secreto de nuestra familia. Mi madre mató a sus padres.
Alguien lo descubrió y por eso comenzaron las matanzas. Mi madre
siempre ha estado oculta de ti, Sandra, porque no quería que
estuvieses vinculada en esto. Mi madre intentó que mi padre no
regresase al pueblo para acabar con Ana y contigo, Toni, ya que
vuestros tíos fueron los que la descubrieron. Como mi madre se negó,
mi padre la mató. Pero en su testamento me daba a mí su poder, así
que mi padre se quedó en cepot bajo mis órdenes. Mi padre no hizo
caso a mi madre y vinculó a Sandra.
-Tú has estado siempre detrás de todo-dijo Raquel-,
fingiendo que te impresionaba todo. Corriendo de los cepots, de tus
aliados.
-Si vas a matarnos hazlo ya-dijo Toni-, me da igual
morir. He descubierto quién ha estado siempre detrás de todo.
-¿Por eso querías salir conmigo?-dijo Raquel.
-Por supuesto-dijo Pablo-, igual que con Nuria.
-Mira cabrón de mierda-dijo Nuria-, mátame. Sólo
te alzaré la mano antes de mi muerte.
Nuria alzó la mano y una mini pistola que llevaba en
la muñeca le dio un balazo a Pablo en la pierna. Los cuatro abrieron
la puerta y salieron corriendo por el túnel. Pablo consiguió
recuperarse y fue detrás de ellos.
-¡Tenemos que salir de este puto pueblo ya!-dijo
Raquel.
-Vamos por aquí-dijo Nuria.
Los cuatro siguieron corriendo hasta que una sombra
se acercó a ellos y golpeó a Raquel.
-¡Raquel!-gritó la voz de Tania.
Andrés sacó su pistola y disparó a Tania.
-¡Mamá!-gritó Raquel.
Andrés volvió a golpear a Raquel y cuando la iba a
disparar Nuria fue a dispararle, pero no tenía más balas. Toni se
sacó del tobillo un cuchillo y se lo clavó en el pecho. Andrés se
volvió y le asentó un disparo a Toni que lo echó para atrás.
-¡Toni!-gritó Nuria.
-Mamá-dijo Raquel junto a su madre-, sigue conmigo
por favor.
-Te quiero hija-dijo Tania-, aunque haya tenido que
ser asesinada por tu padre.
-Lo sé, ya lo sabía-dijo Raquel-, por favor sigue
conmigo.
Tania murió junto con Andrés y Toni. En ese momento
apareció Pablo con la escopeta.
-Ya es ahora de acabar con esto-dijo Pablo.
Pero un disparo en la cabeza la hizo caer al suelo:
había muerto. Sandra le había disparado con la pistola de Andrés.
-Eso por ocultarme que mamá estaba viva-dijo Sandra.
Allí estaban las tres, Sandra, Nuria y Raquel junto
con los cadáveres de Tania, Andrés, Toni y Pablo.
La guardia civil llegó. Las tres les explicaron lo
de las matanzas.
1 mes después
El pueblo de Almoharín se despertó una mañana más.
Raquel se marchaba a casa de su tío en Valencia.
-Bueno-dijo Raquel-, ¿tú que harás Nuria?
-Creo que me voy a ir a Finlandia, allí está la
casa donde vivía mi madre. Creo que me irá bien. ¿Y tú Sandra?
-Yo me voy con Raquel-dijo Sandra-, somos
hermanastras.
-Os voy a echar de menos-dijo Nuria.
-Y nosotras a ti-dijo Raquel.
Las tres se abrazaron mientras dejaban atrás el
pueblo de Almoharín. Cada una iba a comenzar una nueva vida, una
vida real lejos de aquella zona.