Capítulo 22: La enemistad
A la mañana siguiente Sandra se despertó. Cuando
fue al baño encontró un mensaje escrito en el espejo: esta noche en
la puerta de la fábrica. En ese momento el pomo comenzó a girar.
Sandra lo borró todo antes de que entrase: era Pablo.
Nuria seguía pensando que su padre estaba detrás de
los crímenes también, así que decidió seguirle cuando salió de
su casa camino a los matorrales.
Llegó la noche y Nuria le había perdido. En ese
momento se oyó un disparo. Sandra había llegado a la fábrica.
-Hola hermanita-dijo Pablo.
Él, Raquel y Toni se giraron: la habían pillado.
-¿Eres un cepot?-dijo Toni-, ¡contesta puta!
-Dejadme que os explique…-dijo Sandra.
-No tienes nada que explicar-dijo Raquel-, llevas
todo este tiempo pasándole información al asesino. Tú quemaste las
pruebas y destruiste nuestra roca.
-Lo hizo porque está amenazada-dijo Nuria,
apareciendo con una escopeta en la mano.
-¿Qué haces con eso?-dijo Toni.
-Acabo de matar a Raúl-dijo Nuria.
-¿Acabas de matar a tu padre?-dijo Raquel.
-Era un cepot e iba a matarme-dijo Nuria-, menos mal
que yo iba preparada. Sandra es inocente, tu padre, Pablo, la tiene
amenazada de muerte. Sólo lleva con ellos desde que destrozó la
roca.
-Está bien-dijo Toni-, te perdonamos Sandra. Pero
tienes que dejarlo.
-No puedo-dijo Sandra-, me matará. Él mató a José.
-¿Cómo?-dijo Raquel-, tu pad…mi padre.
-¿Tu qué?-dijo Sandra.
-Es su padre Sandra-dijo Pablo-, pero José no era tu
hermano Raquel, si no hermanastro.
-Me da igual-dijo Sandra-, si lo dejo me matará.
-Tú eso déjalo en mis manos-dijo Nuria-, nosotros
te protegeremos. Tienes que darnos información de algún cepot más
y del asesino.
-No sé quién es el asesino-dijo Sandra-, pero sé
que el barrendero y Andrés son cepots.
-Vamos a hablar con el barrendero-dijo Toni.
-No está-dijo Toni-, le he visto marcharse del
pueblo esta mañana.
De repente se oyó un ruido entre los matorrales.
-¡Por aquí!-dijo Pablo-, conozco un lugar.
Los cinco comenzaron a correr y se metieron por una
trampilla de la fábrica. Corrieron hasta que llegaron a una
habitación. Pablo cerró la puerta con llave.
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