domingo, 24 de febrero de 2013

Capítulo 2: La Mancha del Lago

Capítulo 2: La mancha del lago

Sandra intentaba quitarse de encima a aquella persona que le tapaba la boca.

-¡Es Toni!-dijo Raquel-, ¡Toni suéltala vienen conmigo!

Toni soltó a Sandra.

-Lo siento mucho-dijo Toni-, creía que no iban contigo. ¿Son de fiar?

-Claro-dijo Raquel-, son Pablo y Sandra.

-Encantado-dijo Toni-, pero no tenemos mucho tiempo. Venid conmigo.

Raquel, Pablo y Sandra siguieron a Toni a través de unos arbustos de los pequeños matorrales que rodeaban el lago. Llegaron ante una de las muchas rocas gigantes que había. Toni golpeó tres veces y dijo: “Inés”.

La roca se abrió como si fuese una puerta. Una joven acababa de abrir la “puerta” dejándoles pasar.

Raquel pudo observar que dentro había poca cosa: una mesa, una cama, una estantería y cientos de papeles.

Raquel, Pablo y Sandra se sentaron en la cama.

-Hola soy Ana-dijo la joven-, ¿seguro que son de fiar Toni?

-Seguro Ana-dijo Toni-, se reconocer a la gente de fiar.

-¿Qué pasa?-dijo Sandra.

-La pregunta es qué es lo que pasa aquí-dijo Toni.

-Os cuento-dijo Ana-, hace 30 años, en este pueblo, una joven de 15 años desapareció. Tres días después se originó una gran mancha negra en el lago que lo tapó. No se ha vuelto a saber nada de ella. Varias personas intentaron dar con ella pero tampoco se supo nada de ellas, ya que al poco tiempo se encontraron sus cadáveres.

-¿Y qué tiene que ver eso con ahora?-dijo Pablo-, eso pasó hace mucho tiempo.

-No hace tanto-dijo Ana-, hace cinco días desapareció un niño de 8 años. Y hace dos apareció la mancha en el lago.

-Díos mío-dijo Raquel.

-Nosotros estamos investigándolo y sabemos que está relacionado con la fábrica abandonada de la colina, sabemos que ahí está la respuesta-dijo Toni.

-Ahora os damos dos elecciones-dijo Ana-, la primera es que nos ayudéis a averiguar lo que está pasando, y la segunda, que no nos ayudéis pero que no habléis de esto con nadie.

-Os ayudaremos-dijo Sandra mirando a Pablo y Raquel.

-Genial-dijo Toni-, ahora sí que conseguiremos dar con el misterio. Mañana por la noche quedamos enfrente del lago, iremos a buscar pistas al lugar donde desapareció el niño.

-De acuerdo-dijeron los demás.

Después de eso, los cinco salieron de la cueva y con precaución volvieron a sus casas. A la mañana siguiente, Raquel se levantó y se acercó a su ventana. Pude ver muy a lo lejos la fábrica abandonada en lo alto de la colina. ¿Y si era cierto que alguien había secuestrado a un niño? ¿Y si volvían las matanzas?

Raquel salio de su casa, había quedado con Sandra. Ambas fueron a la orilla del lago.

-Parece mentira lo que pasó, y puede volver a pasar-dijo Raquel.

-Sí-dijo Sandra-, pero supongo que esta noche encontraremos alguna pista.

Ninguna de las dos se daba cuenta de que alguien las estaba observando. José se levantó y decidió ir a buscar amigos de su edad.

Descubrió que no había ninguno. Se acercó a un hombre y se lo preguntó. Él le dijo que había uno, pero que se fue hacia la fábrica y que ya no ha vuelto.

José se sintió triste, pero quería tener un amigo así que se fue camino de la fábrica. 


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