jueves, 27 de febrero de 2014

Capítulo 5: El primer cadáver

Capítulo 5: El primer cadáver

Sandra descubrió que aquello que brillaba era un pendiente. Lo cogió y salio del lago a toda prisa. Consiguió encontrar a los demás y los cinco salieron de entre los arbustos.

Al día siguiente, Raquel pensó cada vez más convencida de que su hermano estaba en la fábrica, sano y salvo. En ese momento llamaron a la puerta: era la guardia civil.

Tania y Enrique se quedaron con la boca abierta cuando les dijeron que se había encontrando un cadáver en el lago del pueblo, y que podría ser José.

Todo el pueblo se dirigió al lago para descubrir de quién era el cadáver. Raquel, arropada por sus cuatro amigos y Tania con Enrique.

La guardia civil mostró el rostro del cadáver: se trataba del niño desaparecido, no de José. Ana y Toni se quedaron boquiabiertos: las matanzas habían vuelto a comenzar.

Todo el pueblo le rindió un gran homenaje a aquel niño, sus padres estaban destrozados. Al caer la noche, Raquel se dirigió a la roca, ya que había quedado con los demás.

Sandra les mostró el extraño pendiente que había encontrando la noche anterior y que tan llamativamente le había hecho cogerlo.

-Nunca había visto un pendiente así-dijo Toni.

-El extremo del pendiente tiene forma de F-dijo Ana. De repente su cara se puso muy sorprendida.

-¿Qué pasa Ana?-dijo Sandra.

-Creo que es la llave de una de las rocas que hay entre los matorrales-dijo Ana.

-¿De qué estás hablando?-dijo Pablo.

-De una roca que tiene esta misma F hueca-dijo Ana-, creo que es un pasadizo.

-Pues sólo hay una manera de averiguarlo-dijo Toni-, ¡vamos!

-No-dijo Raquel-, yo no voy.

-¿Cómo que no vienes?-dijo Sandra.

-No quiero que mis padres sufran más-dijo Raquel.

-Yo me voy contigo-dijo Pablo.

-No os podéis ir-dijo Ana-, estamos a punto de poder encontrar a tu hermano Raquel.

-Sabéis de sobra que si pisamos esa fábrica estamos muertos-dijo Raquel.

-O igual pillamos a quien está detrás de todo esto y se acaba-dijo Toni.

-Hay muchas posibilidades-dijo Raquel-, pero yo me voy.

En ese momento Raquel y Pablo abandonaron la roca camino al pueblo.

-Tenemos que trazar un plan para ir-dijo Toni-, vamos a pensarlo.

Mientras, Andrés estaba apoyado en la pared de la iglesia por fuera. Al rato llegó Tania.

-¿Cómo te encuentras?-dijo Andrés.

-He pasado días mejores-dijo Tania.

-¿Crees que está bien esto que estamos haciendo?-dijo Andrés.

-Estoy cansada de ser una mula de carga-dijo Tania-, quiero volver a sentirme libre como una persona.

Tania y Andrés se volvieron a fundir en un beso mientras que, a lo lejos, Raquel y Pablo los veían. 


jueves, 20 de febrero de 2014

Capítulo 4: La Segunda Desaparición

Capítulo 4: La segunda desaparición

Los cinco consiguieron volver a la orilla.

-¡Joder!-dijo Raquel-, ¿qué era eso que nos perseguía?

-No lo sé-dijo Pablo-, pero seguro que está relacionado con la desaparición del niño.

-Y encima nos hemos ido sin nada-dijo Sandra.

-Eso no es cierto-dijo Toni-, encontré este zapato. Creo que era de él.

Los demás observaron el zapato: podría ser de él.

-Mañana tenemos que volver-dijo Ana-, podría haber más pistas.

-Yo no pienso volver-dijo Sandra-, un poco más y nos matan.

-Él ya te ha visto Sandra-dijo Ana-, le da igual que ahora lo dejes. Si lo dejas le darás fuerzas y no creas que te dejará tan tranquila.

-De acuerdo-dijo Sandra-, mañana a las 00:00 quedamos en la roca, ¿ok?

-Ok-dijeron los demás mientras se volvían camino a sus casas.

Raquel no consiguió pegar ojo en toda la noche sabiendo que había estado a punto de morir, pero tenía que averiguar qué había pasado con aquel niño.

A la mañana siguiente la despertó un grito: el de su madre.

Raquel se levantó y se dirigió a la cocina. Su padre se lo contó: José había desaparecido. La guardia civil estaba tomando declaración al barrendero, que era el último que lo había visto.

Raquel salio de su casa justo al mismo tiempo que Sandra y Pablo. Raquel se sumergió en un mar de lágrimas al abrazar a Pablo.

-La guardia civil dice que se ha ido del pueblo-dijo Raquel-, pero yo no los creo.

-Nosotros tampoco-dijeron Ana y Toni a sus espaldas-, sentimos lo de tu hermano.

-Hay que encontrarle-dijo Raquel-, igual que al otro niño.

-Tranquila-dijo Toni-, esta noche lo hablaremos donde ya sabéis.

Raquel no consiguió pensar en otra cosa durante toda la tarde que en su hermano. Cuando llegó la noche, salió y se dirigió hacia la roca junto con Sandra y Pablo. Dentro ya estaban Toni y Ana.

-Las cosas se están complicando-dijo Ana-, primero el niño, y ahora tu hermano.

-Hay que encontrarle Ana-dijo Raquel-, lo estoy pasando fatal.

-Lo sé-dijo Ana-, y vamos a encontrarle. Seguramente se dirigió hacia los matorrales sin querer.

-Mi hermano es muy tímido-dijo Raquel-, y no quería salir de casa. ¿Cómo es posible que se haya escapado? Él sólo quería un amigo.

-¡Claro!-dijo Toni-, seguramente se enteró de que había desaparecido el único niño de su edad y fue a buscarlo.

-¿Tú crees?-dijo Raquel.

-Sí-dijo Toni-, y creo que ya sé dónde está. Ana, tenemos que ir a la fábrica.

-¿Es necesario?-dijo Ana.

-Bastante-dijo Toni.

-De acuerdo-dijo Ana-, pongámonos en camino.

Los cinco salieron de la cueva y comenzaron a andar camino a la fábrica abandonada.

Mientras, Tania estaba muy mal y se levantó mientras Enrique dormía. Abrió la puerta delantera y se sentó en las escalaras de la entrada. En ese momento apareció Andrés.

-¿No puedes dormir?-dijo Andrés.

-No-dijo Tania-, no puedo dejar de pensar ni por un momento en José.

-Es normal-dijo Andrés-, es tu hijo.

-Es que sólo pensar que le puede pasar algo-dijo Tania-, yo me muero…

Tania posó sus ojos medio llorosos en Andrés y poco a poco se fueron acercando hasta juntarse en un profundo beso.

Mientras, los cinco seguían andando. De repente un cuchillo salió disparado de entre las ramas rozando a Raquel.

-¡Joder corred!-gritó Ana.

Cada uno fue hacia un lado. Sandra resbaló y cayó al lago. Intentando salir descubrió algo muy brillante.


jueves, 13 de febrero de 2014

Capítulo 3: Las Pistas

Capítulo 3: Las pistas

La noche había caído sobre el pueblo de Almoharín. Raquel ya estaba preparada para ir a buscar pistas del niño desaparecido junto con los demás. Raquel consiguió salir después de que sus padres se hubiesen dormido. Le pareció raro que su hermano José no se hubiese despertado.

Esperó, escondida de que el barrendero no la viese, a que saliesen Sandra y Pablo. Una vez que salieron se dirigieron hacia la orilla del lago.

José seguía andando entre los alrededores del lago. Quería llegar lo antes posible a la fábrica para tener su primer amigo. Decidió ir más rápido.

Raquel, Sandra y Pablo llegaron a la orilla donde les esperaban Ana y Toni.

-Tenemos que ir ya-dijo Ana-, creo que alguien nos ha seguido.

Los cinco se metieron entre los arbustos lo más rápido que pudieron. Siguieron andando hasta que llegaron a una zona rodeada por la policía con cinta.

-Aquí es-dijo Toni-, se supone que a partir de aquí ya no pasó.

-¿Y eso cómo pueden saberlo?-dijo Sandra.

-No lo saben-dijo Ana-, se lo inventaron para que los padres no siguiesen investigando. La policía teme que vuelva a pasar lo de hace 30 años.

-Yo creo que andó más-dijo Pablo.

-Yo estoy contigo Pablo-dijo Toni-, nosotros buscaremos por la derecha. Vosotras tres por la izquierda.

-De acuerdo-dijeron ellas.

Raquel encendió su linterna esperando encontrar algo. De repente sintió un escalofrío en su cuerpo y se giró.

-¿Qué pasa?-le dijo Sandra.

-Nada-dijo Raquel-, he sentido como si alguien nos estuviese mirando.

-Yo también-dijo Ana-, será mejor que nos reunamos con los chicos. ¡Vamos!

Las tres corrieron en la dirección en la que venían mientras alguien las miraba.

Toni y Pablo continuaban buscando cosas hasta que vieron a las tres correr hacia ellos.

-Hay algo-dijo Raquel-, ahí.

-Lo hemos sentido Toni-dijo Ana.

-Ok-dijo Toni-, salgamos de aquí. ¡Vamos!

Los cinco se pusieron a correr sin acordarse del camino de vuelta, pero tenía que huir de lo que les estaba observando.

Mientras, José consiguió pasar un arbusto que le estaba dando problemas y descubrió delante de él la fábrica que había visto desde el pueblo.

-Hola nuevo amigo-dijo ilusionado.

Raquel y Ana seguían corriendo hasta que se dieron cuenta de que estaban solas.

-¡Dios mío!-dijo Raquel-, ¿dónde están?

-No lo sé-dijo Ana-, pero tenemos que salir de aquí.

De repente oyeron un ruido cerca de ellas.

-¡Mierda! ¡Corre!-gritó Ana.

Las dos salieron corriendo. Al instante se encontraron con los demás.

-¿Dónde estábais?-dijo Toni-, tenemos que salir de aquí es por aquí.

Los cinco salieron corriendo en esa dirección sabiendo que pronto llegarían al pueblo. José llegó a la puerta de la fábrica y la abrió. Un golpe de frío le sacudió la cara. De repente vio algo que le hizo decir algo:

-¿Eres el niño desaparecido?